En
esta nota se propone una idea esquemática para constituir un mecanismo que
promueva un crecimiento más acelerado de las entidades federativas que
presentan mayor rezago relativo frente al promedio del país, medido como
producto interno bruto por habitante (PIB per cápita).
Tomando
como comparación la experiencia de la Unión Europea (UE) y los resultados de
los últimos 10 años (2010-2020) de los fondos estructurales y de cohesión que
se han canalizado a los países miembros de la UE de menor desarrollo relativo,
se hace un ejercicio de lo que podría significar, en cuanto a inversión
productiva adicional, para los estados más rezagados del país, el contar con un
“fondo de cohesión” al estilo europeo, integrado por tres fuentes de
financiamiento:
· Un
impuesto ad valorem sobre todos los bienes importados al país, del uno
porciento.
· Un
punto porcentual adicional al impuesto al valor agregado federal.
· Un
impuesto al carbono sobre los combustibles vendidos en México para
autotransportes, equivalente a un peso por litro de gasolina y diesel. [1]
También
se bosquejan algunos trazos sobre el fondo mismo[2], que se podría constituir
como fideicomiso en la banca de desarrollo, diseñando escrupulosamente su
estructura de organización; sus instancias de evaluación, deliberación y
decisión; y sus reglas de operación (incluyendo formas de acceder a los
recursos y sus modalidades de asignación, temas financiables y criterios para
jerarquizar proyectos; distribución previa de la bolsa global de recursos entre
las entidades federativas participantes; entre otros). Su énfasis estaría en
ampliar la generación de riqueza material, buscando que los recursos sean
concursables, dirigidos a los actores locales interesados en invertir[3], que no tengan costo, pero
que sean recuperables en el mayor grado posible, a fin de que el fondo de
cohesión pueda crecer en su patrimonio, no sólo por la asignación anual de
recursos, sino también por la recuperación sistemática proveniente de los
proyectos exitosos que apoye.
El
presidente López Obrador se ha referido a la posibilidad de impulsar una
integración regional con Estados Unidos y Canadá similar a la que existe en la
Unión Europea. Esta misma idea se manejó al inicio del sexenio del presidente Fox,
y se empezaba a cabildear con intensidad creciente en Estados Unidos, con
propuestas muy estructuradas[4], cuando el trágico evento
del 11 de septiembre de 2001 modificó drásticamente las prioridades políticas y
económicas de ese país. El contexto internacional actual es complicado, pero
parece haber una firme voluntad del gobierno de Estados Unidos por atender el
fenómeno de la migración con acciones que vayan a la raíz del problema: la
falta de crecimiento económico y de oportunidades de empleo remunerativo en
Centroamérica y en México, particularmente en el Sur Sureste. Y una forma de
abordar ese problema, que ha funcionado en el contexto europeo, consiste en la
canalización sistemática de recursos a proyectos que promuevan el desarrollo
regional.
De la
experiencia 2010-2020 de la Unión Europea en el manejo de fondos estructurales
y de cohesión hacia los países miembros de reciente incorporación (2004 y 2007)[5], se puede concluir que el
impacto sobre los países más rezagados con respecto al promedio de la UE ha
sido favorable, en la medida en que han reducido la brecha que los separa del
resto de los países miembros. La inversión adicional proveniente de estos
fondos ha generado además un efecto multiplicador, de mayor o menor proporción,
de acuerdo con la pertinencia de los proyectos apoyados. Además, en muchos
casos, los proyectos apoyados por la UE han tenido recursos de contrapartida de
los gobiernos de cada país, así como de inversión privada.
En el
mismo periodo de 2010-2020, la experiencia de las entidades federativas, en
ausencia de un mecanismo similar al de la UE, ha sido diametralmente opuesta.
Las entidades más rezagadas[6], no sólo no han reducido
la brecha -en términos de PIB per cápita- con respecto al promedio nacional,
sino que la han aumentado. Y nada indica que esta tendencia vaya a modificarse
en el futuro.
Ahora
mismo, cuando se ha abierto una ventana histórica para atraer inversión
extranjera localizada en Asia hacia Norteamérica, debido a la política de
Estados Unidos para reducir el riesgo en cadenas de valor vulnerables, mediante
el proceso conocido como “nearshoring” o de suministro cercano, las
entidades federativas que están aprovechando mejor la oportunidad, igual que al
principio del TLCAN desde 1994, son las de la frontera norte y el Bajío-centro-occidente.
Si el
combate a la desigualdad territorial del país -que el gobierno federal actual
ha expresado como prioridad hacia el Sur Sureste- ha de rendir frutos, es
necesario generar mecanismos robustos con perspectiva de largo plazo que apoyen
sistemáticamente el desarrollo de un amplio número de proyectos cada año,
surgidos desde abajo, desde lo local, a fin de complementar y dar continuidad a
los esfuerzos de inversión federal que hoy se concentran en unos cuantos
proyectos.
El
Fondo Mexicano de Cohesión (FOMEC) podría impulsar, como nunca antes, a las
regiones rezagadas del país en un proceso intensivo de “catching up”[7],
generando nuevos motores de crecimiento interno[8] a fin de no depender
exclusivamente del sector externo, y prepara el terreno para la posibilidad
futura de una integración norteamericana, que tome y adapte los mejores
instrumentos de desarrollo regional que ha forjado la Unión Europea en los
últimos 30 años.
El
Fondo podría, además, servir como acicate para que los gobiernos estatales y
municipales desarrollen fuentes complementarias de ingresos. Una, por ejemplo,
con gran potencial, es el impuesto predial, a partir de un esfuerzo colaborativo
entre municipios, con apoyo de sus gobiernos estatales, para generar un sistema
catastral moderno que se vaya desarrollando por etapas.[9]
Experiencia
de la Unión Europea
En su
última fase, a partir del Tratado de Maastricht (1992) y la creación de la
Unión Europea, el proceso de integración económica y política del continente ha
buscado como propósito central fortalecer la cohesión entre los países
miembros, mediante la reducción de la brecha de desarrollo entre ellos. Desde
etapas tempranas, la UE definió un esquema de financiamiento que toma recursos
de varias fuentes[10], y los canaliza a
diversos usos, entre ellos a los fondos estructurales y de cohesión (que
significan alrededor del 30% del presupuesto total de la UE), y que financian
programas y proyectos alineados con las prioridades de desarrollo de la UE. Los
países miembros se clasificaron en tres grupos, de acuerdo con su nivel de PIB
per cápita respecto al promedio de la UE: países rezagados cuando su PIB per
cápita es menor al 75% del promedio comunitario; países en transición cuando
este indicador se ubica entre 75% y menos del 100%; y más desarrollados cuando
el indicador es mayor al 100%. La asignación de recursos, como proporción al
PIB de cada país miembro, es mayor para los que están más rezagados, y va
disminuyendo conforme el país se acerca al promedio.
En
2020, de los 26 países miembros de la UE, 13 registraron un PIB per cápita
menor al 75% del promedio comunitario, 2 se ubicaron entre el 75% y el 100%,
mientras que 11 tuvieron un indicador superior al 100%. Del grupo de países
rezagados, todos menos Grecia y Portugal son de incorporación reciente (2004 y
2007). Croacia fue el último país en unirse en 2013.
Países
miembros de la Unión Europea |
% del
PIB per cápita promedio de la Unión Europea |
Dif 2020-2010
en puntos porcentuales |
|
2010 |
2020 |
||
Bulgaria |
21.5% |
26.0% |
4% |
Rumania |
26.1% |
34.9% |
9% |
Croacia |
39.9% |
41.0% |
1% |
Hungría |
38.7% |
46.2% |
8% |
Polonia |
37.2% |
47.1% |
10% |
Letonia |
37.3% |
50.0% |
13% |
Lituania |
38.0% |
55.0% |
17% |
República
Eslovaca |
49.5% |
55.7% |
6% |
Grecia |
73.9% |
56.3% |
-18% |
República
Checa |
56.6% |
61.2% |
5% |
Estonia |
50.0% |
63.7% |
14% |
Portugal |
67.4% |
64.2% |
-3% |
Eslovenia |
70.6% |
73.9% |
3% |
España |
88.0% |
80.4% |
-8% |
Italia |
109.8% |
94.5% |
-15% |
Unión
Europea |
100% |
100.0% |
0% |
Francia |
122.1% |
115.4% |
-7% |
Bélgica |
136.2% |
128.9% |
-7% |
Alemania |
129.3% |
133.1% |
4% |
Reino
Unido |
144.8% |
134.9% |
-10% |
Austria |
148.4% |
140.7% |
-8% |
Finlandia |
149.2% |
144.4% |
-5% |
Países
Bajos |
152.0% |
149.5% |
-3% |
Suecia |
165.7% |
166.5% |
1% |
Dinamarca |
175.3% |
181.3% |
6% |
Irlanda |
157.3% |
253.4% |
96% |
Luxemburgo |
338.7% |
326.5% |
-12% |
FUENTE: Elaboración propia con base
en Indicadores del Desarrollo Mundial, Banco Mundial, 2021. |
Entre
2010 y 2020, los países más rezagados, salvo Grecia y Portugal, avanzaron en el
porcentaje que representa su PIB per cápita con respecto al promedio de la UE.
El mayor avance lo tuvieron Lituania (+17%), Estonia (+14%), Letonia (+13%) y
Polonia (+10%). Otro grupo de crecimiento intermedio estuvo integrado por
Rumania (+9%), Hungría (+8%), República Eslovaca (+6%) y República Checa (+5%).
Eslovenia (+3%) y Croacia (+1%) fueron los países que incrementaron su PIB per
cápita en menor proporción. Sólo Grecia (-18%) y Portugal (-3%) tuvieron una
reducción en su porcentaje respecto a la media europea.
En el
rango de países en transición (entre 75% y menos de 100% del PIB per cápita de
la UE), se ubicaron España (con decrecimiento del 8%) e Italia (con una
disminución de 15%). En el grupo de 11 países más desarrollados (PIB per cápita
mayor al 100% del promedio comunitario), 7 tuvieron reducción en el periodo
2010-2020.
Es
notorio el contraste entre Grecia e Irlanda, dos países que ingresaron hace más
de 40 años a la entonces Comunidad Económica Europea (CEE). Ambos tenían
prácticamente el mismo PIB per cápita como proporción del promedio de la CEE en
1986 (Grecia el 59.2%, Irlanda el 60.8%), y aunque los dos recibieron montos
muy importantes de fondos estructurales en los primeros años, y Grecia los
continuó obteniendo en años más recientes, para el 2020, Irlanda había más que
cuadruplicado su PIB per cápita respecto a la media comunitaria, mientras que
Grecia lo había reducido en 3 puntos porcentuales.[11]
Este
ejemplo lleva a pensar que los fondos estructurales son condición necesaria,
pero no suficiente, para que los países (y las regiones), converjan a un nivel
de bienestar mayor similar. Elementos relevantes que también inciden en el
resultado final son: contar con una gobernanza multinivel funcional, una buena
selección y ejecución de proyectos, una participación comunitaria proactiva,
entre otros.[12]
Con
base en un análisis del impacto de la política de cohesión de la Unión Europea,
efectuado en 2007[13], que revisó dos
presupuestos comunitarios (2000-2006 y 2007-2013) y proyectó un tercero
(2014-2020), se construyó una serie estadística que compara el monto de fondos
estructurales y de cohesión recibidos por un grupo de países en términos de
porcentaje sobre sus respectivos PIBs, con el impacto estimado que tuvieron en
términos de puntos porcentuales adicionales de crecimiento en su PIB. Tomando a
9 de los 13 países más rezagados en 2020, y aplicando este análisis para el
periodo 2010-2020, el resultado en términos de porcentaje promedio anual se
presenta en el cuadro siguiente.
Fondos
Estructurales y de Cohesión en la Unión Europea, 2010-2020 |
|
|||||
Países
miembros de la Unión Europea |
% PIB
per cápita promedio 2020 de la Unión Europea |
Fondos
estructurales y de cohesión recibidos como % del PIB anual (2010 a 2020) |
Incremento
en el PIB anual promedio inducido por fondos estructurales y de cohesión
recibidos |
Multiplicador
de la inversión |
|
|
Bulgaria |
26.0% |
3.53% |
4.40% |
1.25 |
||
Hungría |
46.2% |
2.42% |
4.21% |
1.74 |
||
Polonia |
47.1% |
2.52% |
4.46% |
1.77 |
||
Letonia
(Latvia) |
50.0% |
2.85% |
6.64% |
2.33 |
||
Lituania |
55.0% |
2.31% |
6.51% |
2.82 |
||
República
Eslovaca |
55.7% |
2.21% |
4.63% |
2.09 |
||
República
Checa |
61.2% |
1.95% |
6.59% |
3.39 |
||
Estonia |
63.7% |
2.13% |
6.61% |
3.11 |
||
Eslovenia |
73.9% |
1.14% |
1.72% |
1.51 |
||
FUENTES: Elaboración propia con base en datos de
Indicadores del Desarrollo Mundial, Banco Mundial, 2021; y el estudio
Analysis of the Impact of Cohesion Policy, John Bradley, et al, 2007. |
||||||
Cabe
destacar que el país que más recursos recibió en este periodo de 2010 a 2020
fue Bulgaria, por un total equivalente a 3.53% de su PIB cada año en promedio.
Sin embargo, el país que tuvo el mayor impacto en términos de puntos
adicionales de crecimiento de su PIB fue Letonia, con un 6.64% en promedio
anual, aunque recibió menos recursos que Bulgaria. El factor clave consiste en
el multiplicador de la inversión, que se explica en gran medida por los
elementos relevantes señalados anteriormente.
La
experiencia de la Unión Europea con sus fondos estructurales y de cohesión ha
demostrado que tienen cuatro efectos principales:
· Incrementar
el ingreso que se puede gastar en bienes y servicios en cada país
· Incrementar
el potencial productivo con proyectos de PYMES, desarrollo de capacidades
(educación, capacitación, innovación), e infraestructura (digital y física)
· Orientar
los recursos hacia prioridades de inversión de largo plazo
· Multiplicar
la inversión por el efecto de atracción de recursos públicos de contrapartida
en cada país, así como la participación de la inversión privada.[14]
Situación
en México
En
2020, de las 32 entidades federativas que integran el país, 12 se ubicaban en
el grupo de más rezagados (menos del 75% del PIB per cápita promedio nacional),
8 pertenecían al grupo de entidades en transición (entre 75% y menos del 100% del
PIB per cápita nacional), y las restantes 12 estaban en el grupo de entidades
más desarrolladas (PIB per cápita mayor al 100% del promedio del país)[15].
En el
periodo 2010-2020, a diferencia de la experiencia europea, todas las entidades
federativas más rezagadas, menos dos (Michoacán y estado de México), tuvieron
una disminución en su PIB per cápita con respecto al promedio nacional. Chiapas,
Tlaxcala y Zacatecas tuvieron una reducción en este indicador de nueve puntos
porcentuales. Cinco de las nueve entidades federativas que integran el Sur
Sureste se encuentran en este grupo: Chiapas (con 36% del PIB per cápita
promedio nacional), Oaxaca (con 47%), Guerrero (50%), Puebla (65%) y Veracruz
(71%).
En el
grupo de 8 entidades federativas en transición, cuatro registraron la
disminución de su PIB per cápita como proporción de la media del país durante
el periodo 2010-2020: Tabasco (-10%), Durango (-3%), Campeche (-51%) y Quintana
Roo (-28%). Nótese que tres de ellas -con decrecimientos significativos- son
parte de la región Sur Sureste[16]. El único estado de esta
región -y dentro de este grupo en transición- que creció, aunque en una
proporción muy pequeña (0.2%), fue Yucatán.
En el
grupo de 12 entidades federativas más desarrolladas, cinco registraron una
disminución de su PIB per cápita respecto al promedio nacional: Tamaulipas
(-5%), Baja California Sur (-23%), Querétaro (-7%), Coahuila (-12%), y Nuevo
León (-9%). Pertenecen a este grupo los 6 estados fronterizos del norte, la
ciudad de México, Jalisco, Colima, Querétaro, Aguascalientes y Baja California
Sur.
Entidades
Federativas, sin minería petrolera |
2010 |
2020 |
Dif 2020-2010 en puntos porcentuales |
% del PIB per cápita promedio nacional |
|||
Chiapas |
44% |
36% |
-9% |
Oaxaca |
50% |
47% |
-4% |
Guerrero |
53% |
50% |
-3% |
Tlaxcala |
64% |
55% |
-9% |
Hidalgo |
65% |
64% |
-1% |
Puebla |
68% |
65% |
-3% |
Michoacán de Ocampo |
64% |
67% |
4% |
Nayarit |
76% |
70% |
-6% |
México |
68% |
71% |
3% |
Veracruz de
Ignacio de la Llave |
74% |
71% |
-3% |
Zacatecas |
82% |
73% |
-9% |
Morelos |
83% |
73% |
-9% |
Tabasco |
88% |
78% |
-10% |
Durango |
87% |
84% |
-3% |
Yucatán |
84% |
85% |
0.2% |
Campeche |
136% |
85% |
-51% |
Guanajuato |
79% |
86% |
6% |
Quintana Roo |
124% |
96% |
-28% |
San Luis Potosí |
88% |
97% |
10% |
Sinaloa |
95% |
99% |
4% |
Estados Unidos Mexicanos |
100% |
100% |
0% |
Tamaulipas |
111% |
106% |
-5% |
Jalisco |
106% |
109% |
3% |
Colima |
106% |
112% |
6% |
Aguascalientes |
108% |
116% |
8% |
Chihuahua |
103% |
116% |
13% |
Baja California |
114% |
119% |
5% |
Baja California Sur |
146% |
123% |
-23% |
Querétaro |
132% |
125% |
-7% |
Coahuila de Zaragoza |
149% |
137% |
-12% |
Sonora |
136% |
151% |
14% |
Nuevo León |
184% |
175% |
-9% |
Ciudad de México |
233% |
250% |
17% |
FUENTE: Elaboración propia con base en Cuentas Nacionales,
INEGI. |
Las
entidades federativas más desarrolladas son también, en general, las de mayor
industrialización, en términos de PIB manufacturero per cápita: los seis
estados fronterizos (por el efecto evidente de su cercanía con Estados Unidos),
Jalisco, Aguascalientes y Querétaro. No es el caso de la ciudad de México
porque proporcionalmente la actividad económica se concentra en los servicios.
Tampoco está Colima, cuya economía gira en torno al puerto de Manzanillo y las
actividades comerciales, logísticas y de transporte. Y Baja California Sur, con
actividad turística importante y poca población, tampoco tiene una industria
manufacturera relevante.
Lo
mismo aplica para las entidades federativas más rezagadas: 10 de las 12 también
son las de menor industrialización. Sólo Tlaxcala y Puebla se ubicaron en el
rango de estados en transición por su PIB manufacturero per cápita.
Incluso
en el grupo de estados considerados en transición, 4 de los 8 se ubican entre
las entidades federativas de menor desarrollo industrial: Quintana Roo,
Campeche, Sinaloa y Yucatán.
Entidades
Federativas |
2010 |
2020 |
Dif 2020-2010 en puntos porcentuales |
% del PIB manufacturero per cápita promedio nacional |
|||
Guerrero |
7% |
8% |
1% |
Quintana Roo |
15% |
12% |
-4% |
Campeche |
12% |
13% |
0.4% |
Baja California Sur |
13% |
13% |
-0.1% |
Chiapas |
17% |
16% |
-1% |
Nayarit |
22% |
23% |
1% |
Oaxaca |
25% |
26% |
1% |
Colima |
24% |
26% |
2% |
Michoacán de Ocampo |
33% |
40% |
6% |
Zacatecas |
48% |
48% |
1% |
Sinaloa |
45% |
51% |
6% |
Veracruz de Ignacio de la Llave |
63% |
65% |
3% |
Morelos |
71% |
67% |
-4% |
Hidalgo |
80% |
69% |
-11% |
México |
73% |
72% |
-1% |
Yucatán |
72% |
73% |
1% |
Ciudad
de México |
71% |
75.3% |
4% |
Tlaxcala |
79% |
77% |
-2% |
Tabasco |
63% |
78% |
15% |
Durango |
77% |
79% |
2% |
Puebla |
98% |
90% |
-8% |
Estados Unidos Mexicanos |
100% |
100% |
0.0% |
Guanajuato |
123% |
128% |
5% |
Jalisco |
137% |
134% |
-2% |
Tamaulipas |
133% |
143% |
10% |
San
Luis Potosí |
157% |
164% |
7% |
Baja
California |
178% |
181% |
3% |
Chihuahua |
170% |
182% |
12% |
Sonora |
186% |
189% |
2% |
Aguascalientes |
213% |
191% |
-22% |
Querétaro |
240% |
201% |
-39% |
Nuevo
León |
269% |
240% |
-28% |
Coahuila
de Zaragoza |
326% |
301% |
-26% |
FUENTE: Elaboración propia con base en
información de Cuentas Nacionales, INEGI. |
Es
notorio el bajo nivel de industrialización de 8 entidades federativas, cuyo PIB
manufacturero per cápita está entre el 8% y el 26% con respecto a la media
nacional. Los tres estados de mayor rezago relativo, en términos de PIB per
cápita con respecto al promedio nacional, que son Chiapas, Oaxaca y Guerrero,
están también en el grupo de los menos industrializados.
Para
fines de ejemplificación de lo que podría significar para cada entidad
federativa con menor PIB per cápita respecto al promedio nacional, una
asignación de recursos proveniente del fondo de cohesión, se hizo un ejercicio
numérico, en el que se asignó un monto complementario diferenciado a los
estados que también tuvieran un menor nivel de PIB manufacturero per cápita con
relación a la media del país.
La
bolsa tentativa de recursos se estimó con base en tres fuentes de
financiamiento posible a corto plazo, conforme se ilustra en el cuadro
siguiente. El monto total estimado anual, del que podría disponer el fondo de
cohesión es del orden de 200 mil millones de pesos.
Fuentes potenciales de financiamiento para el Fondo Mexicano de
Cohesión (FOMEC) |
|||
Origen |
Aplicación |
Alcance |
Observaciones |
Impuesto ad valorem
a todas las importaciones de bienes |
1% |
Generaría del orden
de 90 mil millones de pesos (con base en valor de importaciones 2019) |
El artículo 131
Constitucional faculta a la Federación para gravar las importaciones del
país. Podría requerir negociación por T-MEC y otros tratados internacionales. |
Impuesto al carbono |
Un peso por litro
de gasolinas y diesel consumido por el autotransporte nacional |
Generaría del orden
de 59 mil millones de pesos (con base en consumo de 2019), lo cual equivale a
21 USD/Ton de CO2 equivalente |
De fácil aplicación
administrativa. No incluye turbosina. Impuestos semejantes se discuten en el
Congreso de EU. Propuestas van de 20 a 300 USD/Ton de CO2 a lo largo de los
próximos 30 años. |
Impuesto al valor
agregado |
Un punto porcentual
adicional al impuesto federal actual (no incluye lo que no se grava hoy) |
Generaría del orden
de 58 mil millones de pesos (con base en la recaudación por este concepto de
2019) |
De fácil aplicación
administrativa. |
Impuesto a la
riqueza |
Varias opciones de
tasas (1% a 3.5%) por rangos de valor del patrimonio, con un monto mínimo
exento (entre 20 y 200 millones de pesos) |
Según diversas
estimaciones, podría recaudar hasta el equivalente al 1% anual del PIB: 233
mil millones de pesos de 2020 |
No es de corto
plazo. Requiere la modernización de los catastros. Se puede iniciar de manera
escalonada, empezando por los "super-ricos". |
FUENTES: Información oficial de SHCP,
SENER, Instituto Nacional de Ecología, INEGI, OXFAM, Millionaires for Humanity,
Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social. |
Para
fines de ejercicio, se distribuyó un monto de casi 150 mil millones de pesos
entre las 20 entidades federativas que registraron un PIB per cápita menor al
promedio del país, canalizando más recursos en términos del PIB estatal
correspondiente, a las entidades más rezagadas. El criterio complementario de
asignación de recursos, PIB manufacturero per cápita, distribuyó un monto de 50
mil millones de pesos entre las entidades federativas de menor desarrollo
industrial. El resultado aparece en el cuadro siguiente.
Entidades
Federativas, sin minería petrolera |
% PIB per cápita promedio nacional 2020 |
Recursos FOMEC en % PIB anual de cada estado |
Monto aproximado de recursos FOMEC (millones pesos) |
|
|
Chiapas |
36% |
4.9% |
17,831 |
||
Oaxaca |
47% |
4.5% |
15,984 |
||
Guerrero |
50% |
5.0% |
16,375 |
||
Tlaxcala |
55% |
3.6% |
4,908 |
||
Hidalgo |
64% |
3.0% |
11,092 |
||
Puebla |
65% |
1.7% |
13,114 |
||
Michoacán de Ocampo |
67% |
1.9% |
11,387 |
||
Nayarit |
70% |
3.7% |
5,911 |
||
México |
71% |
1.1% |
24,285 |
||
Veracruz de Ignacio de la Llave |
71% |
1.2% |
12,600 |
||
Zacatecas |
73% |
2.1% |
4,680 |
||
Morelos |
73% |
1.7% |
4,681 |
||
Tabasco |
78% |
1.4% |
4,973 |
||
Durango |
84% |
1.4% |
4,099 |
||
Yucatán |
85% |
1.5% |
5,641 |
||
Campeche |
85% |
4.4% |
6,464 |
||
Guanajuato |
86% |
1.0% |
9,776 |
||
Quintana Roo |
96% |
2.5% |
8,303 |
||
San
Luis Potosí |
97% |
1.0% |
5,099 |
||
Sinaloa |
99% |
1.5% |
8,045 |
||
FUENTE: Elaboración propia, con base en
información de cuadros anteriores. |
|
Salvo
por el caso peculiar del estado de México[17], las entidades
federativas que recibirían más recursos, tanto en términos absolutos como del
porcentaje de sus respectivos PIBs, son Chiapas, Guerrero y Oaxaca, lo cual
parece justo y necesario.
A
reserva de incorporar criterios adicionales que agreguen matices a la
distribución, y de que en el futuro se vayan incorporando métodos de medición,
desarrollados por el INEGI, para monitorear el nivel de rezago en unidades
territoriales más pequeñas, este ejercicio da una idea del impacto que podría
tener un fondo de cohesión que canalice cada año este nivel de recursos a las
entidades federativas rezagadas.
Perfil
del Fondo Mexicano de Cohesión (FOMEC)
Como
punto de partida para una deliberación más amplia, se apuntan algunas ideas
sobre los objetivos, estructura, modalidad de canalización de los recursos,
conceptos elegibles, evaluación y transparencia del FOMEC.
Los
objetivos del Fondo podrían adoptar y adaptar (como de hecho varias entidades
federativas ya están haciendo) los 17 objetivos de la Agenda 2030 de la ONU
sobre desarrollo sustentable, dando prioridad invariablemente a las regiones y
grupos sociales más rezagados.
El
Fondo podría constituirse como fideicomiso en alguno de los bancos de desarrollo
del país, configurando un Comité Técnico representativo del gobierno federal,
de los estados y municipios beneficiarios, y de organizaciones no
gubernamentales con trayectoria en materia de impulso al desarrollo regional y
local. Habría que considerar una estructura operativa permanente pequeña, en la
medida en que los canales para operar los recursos serían los propios de las
instituciones de banca de desarrollo del país y, quizás, incluso de la banca
comercial, buscando siempre que sea posible una mezcla de recursos en el
financiamiento de los proyectos. Y si bien los recursos del Fondo tendrían un
carácter de subvención, sin costo, sí podría buscarse que se reintegraran en un
plazo definido al patrimonio del fideicomiso para hacer crecer la bolsa
disponible en los años siguientes.
Se
propone que los recursos sean concursables; esto es, que no se otorguen en
automático a partidas predefinidas, sino que sea a solicitud expresa de la
parte interesada, y mediante el cumplimiento de ciertas condiciones. Para ello,
habría que formular reglas de operación claras y detalladas. La
pre-distribución de los recursos entre las entidades federativas rezagadas,
daría la posibilidad a sus actores locales, gubernamentales, sociales y
privados, de presentar solicitudes de financiamiento para sus proyectos, hasta
por el monto total asignado a cada estado. Si no se alcanzara a utilizar todo
el recurso asignado en un año, se podría acumular para el siguiente.
Habría
que delinear los programas y tipo de proyectos que serían elegibles para
otorgar apoyo. Habría que destinar un porcentaje de los recursos a desarrollo
de capacidades: de capacitación para el trabajo, de preparación en temas
prioritarios (ciberseguridad, economía y finanzas del carbono, etc.), en
investigación y desarrollo (para la transición energética y temas de
biotecnología), en innovación, para la preparación de expedientes de los
proyectos y programas a distintos niveles de profundidad (perfil,
prefactibilidad, factibilidad, proyectos ejecutivos, planes maestros, programas
territoriales, etc.). También habría que impulsar esfuerzos cooperativos y
comunitarios más amplios, a través de clústeres (en esquemas de triple hélice)
y de programas integrales territoriales, con visión intersectorial y de largo
plazo. Una tercer vertiente de apoyo podría ser el desarrollo de instrumentos,
como una plataforma que facilite la operación del Fondo, la presentación de
solicitudes, la comunicación con los interesados; y también el desarrollo de
los sistemas catastrales de cada entidad federativa.
Un
aspecto crucial para darle viabilidad política de largo plazo y propiciar un
proceso continuo de mejora, consiste en mantener desde el principio una
transparencia absoluta en lo que se hace y cómo se hace, y también en
establecer evaluaciones ex post sistemáticas de los principales programas y
proyectos que se apoyen.
Si lo
podemos imaginar, lo podemos hacer.
[1] El
ingreso potencial por el impuesto a las importaciones, el IVA recaudado y los
combustibles vendidos en 2019, se estima en el orden de 207 mil millones de
pesos. Grosso modo, una bolsa anual de 200 mil millones de pesos
equivaldría al 0.9% del PIB nacional de 2020 y al 2% del PIB de los 20 estados
que tienen un PIB per cápita menor al promedio nacional. Podría haber otras
fuentes de financiamiento como un impuesto a la riqueza, que tiene potencial
pero no es de corto plazo.
[2]
Que aquí se denomina Fondo Mexicano de Cohesión (FOMEC).
[3] De
los tres sectores: público, privado y social.
[4]
Como la de Robert A. Pastor, Toward a North American Community: Lessons from
the Old World for the New; publicado por el Institute for International
Economics (ahora Peterson Institute for International Economics) en agosto de
2001, antes de la reunión prevista entre los presidentes Fox y Bush el 4 de
septiembre de 2001 en Washington. Cabe mencionar que, en esa visita, el
presidente Bush expresó que la relación con México era la más importante para
Estados Unidos. Curiosamente, el presidente Biden también ha expresado algo
similar.
[5] En
2004 ingresaron a la Unión Europea 10 países: República Checa, Chipre,
República Eslovaca, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta y
Polonia. En 2007 ingresaron Bulgaria y Rumania.
[6] En
2020, 12 entidades federativas registraron un PIB per cápita menor al 75% del
PIB per cápita promedio del país. Otros 8 se ubicaron en el rango entre 75% y
menos de 100%.
[7]
Este término abarca la idea de recuperación, de ponerse al día y alcanzar a las
regiones más adelantadas.
[8] Que,
a juzgar por la experiencia de la UE, no sólo beneficia a las regiones
rezagadas, sino que también genera demanda hacia las regiones más desarrolladas
del país. Inclusive, en una etapa posterior, cuando el desarrollo de la
estadística regional lo permita, el FOMEC podría enfocar unidades territoriales
rezagadas más acotadas en cualquiera de las 32 entidades federativas.
[9] El
Fondo podría contribuir a financiar sistemas catastrales municipales con
alcance estatal, como el que ha desarrollado Sinaloa con buenos resultados.
[10]
Las principales fuentes de ingreso de la Unión Europea son: aportaciones de los
países miembros, como una proporción de su PIB, en función de su tamaño
relativo; impuestos ad valorem a las importaciones de fuera de la UE; una
porción pequeña del impuesto al valor agregado recaudado por los países
miembros; y otros ingresos menores más específicos, como un impuesto a los
residuos de empaques plásticos no reciclados, y el importe de multas recaudadas
por faltas a la normatividad de la Unión Europea. En promedio, la suma de estas
fuentes de financiamiento han representado del orden de un punto porcentual
anual del PIB de la UE. A futuro, las nuevas fuentes de financiamiento de la UE
contemplan un mecanismo de ajuste en frontera de las emisiones de carbono (a
fin de que los importadores paguen el mismo precio sobre emisiones de carbono
que los productores de la UE), y más adelante un impuesto sobre transacciones
financieras, entre otras posibilidades.
[11]
Véase Pastor, Op cit, pág. 53.
[12] Pastor, Ibid, pág. 54.
[13] Analysis of the Impact of
Cohesion Policy: A note explaining the HERMIN-based simulations; preparado por John Bradley (EMDS), Gerhard Untiedt (GEFRA), y Timo
Mitze; mayo 14, 2007.
[14]
Pastor, Ibid, pág. 56.
[15]
Cabe señalar que la estimación del PIB de las entidades federativas se hace
excluyendo en todos los casos el rubro de minería petrolera, ya que su
inclusión distorsiona en forma muy importante el indicador para los estados de
Campeche y Tabasco.
[16]
Sobresale el caso de Campeche, que registró una disminución de más de la mitad
de su PIB per cápita, como proporción de la media nacional, en el periodo, a
pesar de que no se está considerando la minería petrolera que también se redujo
de manera significativa. Una posible explicación es justamente que la caída en
la minería petrolera arrastró a muchas otras actividades de producción y
servicios vinculadas con ella. El caso de Quintana Roo está relacionado con el
impacto severo de la pandemia sobre la actividad turística, que ha sido
prácticamente el único motor de crecimiento del estado.
[17]
Aunque tiene el segundo PIB más grande, después de la ciudad de México, es el
noveno más rezagado en términos de PIB per cápita, y el número 15 más rezagado
por PIB manufacturero per cápita.