Estimado
Andrés Manuel:
Te
dirijo esta carta para decirte que, a diferencia de muchos amigos y familiares,
voy a votar por ti y para explicarte por qué.
También quisiera expresarte lo obvio: no has ganado todavía la elección
y creo que no va a ser suficiente tu voto duro (particularmente con la cargada
que se avecina para unificar la oposición en tu contra). Por lo que vas a necesitar convencer a
quienes quieren un cambio pero no han decidido el sentido de su voto.
Aprovecho
para darte mi punto de vista sobre algunas cosas que podrías mejorar para hacer
más atractiva tu candidatura a un electorado más amplio, así como para precisar
-e incluso rectificar si es el caso- algunos de tus planteamientos recientes[1] .
No
soy militante de MORENA. No soy parte
del voto duro de tu partido. Tampoco soy
tu fan. Podría decir que soy un adepto
crítico a la causa que encabezas, de construir un país menos desigual, sin
pobreza como objetivo social y económico central, con una participación activa
y permanente de la gente común, en democracia, libertad y Estado de Derecho,
con respeto a la diversidad en todas sus manifestaciones y a las minorías, sin
corrupción y violencia, para lograr un país más justo, más próspero y más
soberano. Estoy convencido de que un
gobierno de izquierda moderna en México es posible (como los ha habido en los
últimos años en Chile o Francia), y que ha llegado su hora. Basta ya de la misma política del PRIAN que
nos tiene sumidos en el estancamiento y la pobreza, y basta ya de la corrupción
e impunidad sistémicas que han prohijado.
Mi
experiencia de militancia en un partido político se circunscribe al periodo
1979-1983, como miembro del comité de base del Centro de Investigación y
Docencia Económicas, A.C. (CIDE) en el Partido Mexicano de los Trabajadores
(PMT). Recuerdo gratamente las pintas de
bardas y los “boteos” que había que hacer para contribuir al financiamiento del
Partido (que no obtuvo su registro oficial sino hasta 1984). También las discusiones sobre la necesidad de
impulsar la unidad de la izquierda, con Heberto Castillo, Demetrio Vallejo y el
alto mando del PMT en las reuniones de los sábados del comité directivo
nacional. Como recordarás, en 1987, el
PMT se fusiona con el PSUM para formar el Partido Mexicano Socialista (PMS),
que después -en 1989- se fusiona con la corriente democrática del PRI y otros
grupos para formar el PRD.
Creo
que la historia es fuente de aprendizaje. En ese contexto entiendo tu
referencia al periodo del “Desarrollo Estabilizador”, cuando México creció a
una tasa promedio anual superior al 6%, con baja inflación, con aumento en los
salarios reales y sin sobre-endeudamiento del gobierno. Me parece que plantearse crecer más del 3%
anual al que nos han condenado los gobiernos del PRIAN, con estabilidad de
precios y con ingresos reales crecientes para la mayor parte de la población
son objetivos indispensables de un gobierno responsable que mira al futuro y no
un “regreso al pasado” como insistentemente repiten los voceros del PRIAN.
Somos
testigos de la “espotización” del discurso político a que nos han conducido los
asesores expertos (“unos genios”) de los cuartos de guerra del PRIAN. En vez de hacer propuestas y argumentarlas,
para luego contrastarlas con las de MORENA, se busca tergiversar los dichos y
los hechos para calumniar y luego repetir sistemáticamente frases prediseñadas,
por todos los medios a su alcance.
Estamos ante la robotización de los voceros del PRIAN, cuya misión es
enlodar, golpear, repetir necedades, con la intención de que por lo menos algo
se quede en la mente de quien escucha o recibe sus mensajes. Un claro ejemplo de esta estrategia es la
guerra sucia con spots basura que pretenden incitar al miedo, y el uso
intensivo de las redes sociales para propagar en forma anónima toda clase de
mentiras.
A
MORENA, en cambio, se le critica la diversidad de versiones que se generan
entre sus voceros sobre los temas a discusión, que no necesariamente coinciden
con lo dicho en primer término por el candidato a la presidencia. Si bien se agradece que quienes hablan a
nombre del candidato no hayan sido robotizados, existe un amplio margen para
mejorar el mensaje.
En
primer lugar, sólo MORENA ha presentado un Proyecto de Nación con un conjunto
estructurado de propuestas sobre una amplia gama de temas de interés
nacional. Esto desmiente categóricamente
la idea que se ha querido propalar por parte del PRIAN en el sentido de que las
propuestas de AMLO son puras ocurrencias. Me parece que es oportuno apoyarse
más en el contenido de este documento, y al mismo tiempo anunciar su revisión
para darle mayor precisión y congruencia, con la participación de los futuros
colaboradores (gabinete) y asesores del candidato, así como de otros miembros
del partido que pudieran tener una opinión al respecto[2], e incluso con la
organización de foros públicos en los que pudieran escucharse otras opiniones
calificadas.
El
Proyecto de Nación es el “Ante-Plan” nacional de desarrollo que por ley deberá
presentar el nuevo presidente de la República al congreso para su discusión y
aprobación. Empezar su formulación desde
ahora ayudaría a cambiar la narrativa de la campaña: el candidato y su equipo se preparan para ser
un gobierno de todos los mexicanos. En
este sentido, habría que considerar planteamientos que han elaborado expertos y
especialistas sin partido, al igual que propuestas serias de los otros partidos
que pudieran encajar en el nuevo plan.
Cabría
también esperar una más estrecha interrelación entre el candidato a la
presidencia y su cuarto de guerra, para discutir y fijar los temas de la
agenda, así como los términos en que deben comunicarse y, en su caso,
defenderse. No se trata, desde luego, de
“espotizar o robotizar” la campaña, pero sí de alinearla mejor y generar los
argumentos a partir de discusiones de fondo y no solamente -como sucede con la
oposición- del deseo de atacar al contrario.
En
cuanto al Proyecto de Nación, hay varios temas transversales y sectoriales que
pueden robustecerse:
·
Ajustes institucionales y nuevas formas de
gobernanza
·
Financiamiento para el desarrollo
·
Carteras de proyectos estratégicos y
prioritarios.
Entre
los ajustes institucionales y nuevas formas de gobernanza que habría que
incluir con miras al Plan Nacional de Desarrollo sugiero:
a) Establecer
el Consejo Fiscal Independiente con la colaboración de las organizaciones
interesadas y expertos en la materia, con alcance no sólo para el presupuesto
federal sino también para los presupuestos de las entidades federativas
b)
Proponer que el objetivo del Banco de México
sea no sólo mantener un bajo nivel de inflación sino también promover el
crecimiento económico, tal como sucede con el Banco de la Reserva Federal de
Estados Unidos. De este modo, el tipo de
cambio no se utilizaría como ancla anti-inflacionaria, sino que tendería a
reflejar mejor en cada momento su valor real (evitando un efecto perjudicial
sobre los términos de intercambio de nuestro comercio exterior).
c)
Formar el Instituto de Estudios Prospectivos,
para apoyar la planeación de largo plazo del país y la investigación sobre
trayectorias tecnológicas en actividades estratégicas
d)
Actualizar la Ley de Planeación para que
incluya nuevas formas de concertación social, entre órdenes de gobierno con
comunidades y grupos organizados, a fin de impulsar planes de desarrollo local
con visión multisectorial y de largo plazo.
e)
Fortalecer cabalmente un enfoque territorial
para el diseño e implementación de políticas públicas, a fin de permitir
verdaderamente la articulación de programas en función de propósitos regionales
y locales de desarrollo integral.
f)
Reingeniería de la administración pública
federal para:
ü Revisar
los programas de apoyo no sólo para eliminar duplicaciones sino también para
permitir su empaquetamiento en favor de los planes de desarrollo local, a
partir de la lógica propia de cada plan
ü Constituir
una entidad que concentre el diseño y realización de las licitaciones
relacionadas con inversión pública (probablemente a partir de un cierto monto
hacia arriba), salvo las del sector energético que ya tienen su propia
reglamentación, así como promover los proyectos de asociación público-privada
que sean prioritarios.
g)
Adoptar la figura institucional del Ombudsman
de la Inversión Privada, que ahora está proponiendo el candidato Anaya, pero
que ya desde el 2002 formaba parte de las propuestas contenidas en el Plan
Puebla-Panamá.[3]
En
cuanto al financiamiento del desarrollo, la fuente principal que hasta ahora
señala el Proyecto de Nación consiste en los ahorros que tendrá el gobierno por
la eliminación de las prácticas de corrupción.
Sin desconocer ese potencial, me parece que la monetización de esos
ahorros no va a ser rápida. Por ello,
creo que será necesario identificar otras fuentes que puedan contribuir a esta
tarea, entre otras:
a) El
mejoramiento constante del perfil de la deuda externa del país, sustituyendo
tramos de deuda cara por nuevos financiamientos que permitan reducir tasas y
plazos de pago, aprovechando las condiciones de liquidez de los mercados
internacionales (el chino por ejemplo).
b)
No descartar de antemano la posibilidad de
aplicar selectivamente nuevos impuestos o modificar los existentes, así como
ampliar la discusión hacia los impuestos estatales y municipales.[4]
c)
Mantener, profundizar y complementar esquemas
de atracción de inversión privada nacional e internacional como el de las Zonas
Económicas Especiales, que todavía está por mostrar sus bondades.
d)
Adoptar propuestas prácticas de expertos no
partidarios[5]
relacionadas con establecer un precio bajo del petróleo en el Presupuesto de
Egresos de la Federación para canalizar los probables excedentes al Fondo del
Petróleo, y destinarlos después de un cierto monto a la inversión en proyectos
de infraestructura; con incentivar el aumento del crédito bancario a empresas;
y con la flexibilización de los criterios de inversión de los fondos de
pensiones.
e)
Revisar la factibilidad de establecer un
sistema de seguridad social universal en los términos en que han propuesto
diversos expertos, y en el marco de la depuración de los programas sociales y
el posible establecimiento de nuevos impuestos al consumo para financiar el
sistema y reordenar la política social.
f) Reconsiderar
lo que se ha anunciado hasta ahora en materia de precios de los
combustibles. Sólo en el caso de
aumentos abruptos en el precio del petróleo que incrementara
desproporcionadamente el precio de los combustibles, podría ser justificable
subsidiar en alguna medida su compra en el mercado interno. Este es un subsidio regresivo, ya que
beneficia más a los estratos de alto ingreso.
Lo común en otros países es que los combustibles no sólo reflejen su
precio real sino que también incluyan un impuesto ecológico que puede ser
importante.[6]
En
cuanto a los proyectos de inversión específicos que se mencionan en el Proyecto
de Nación, cabría hacer una revisión general y pasarlos por el tamiz su
relevancia dentro de las estrategias de desarrollo nacional y regional que se
propongan. A continuación comento
algunos de ellos:
a) Ampliar
la capacidad de refinación de crudo en el país me parece, sin duda, una
prioridad. Pero creo que los sitios
señalados para construir nuevas refinerías no son los apropiados[7], y me parece que
convendría buscar un esquema de participación público-privada para su ejecución
y operación.
b)
Plantar un millón de hectáreas árboles frutales
y maderables merece enfocarse como programa de promoción de proyectos de
inversión privados, sociales y de asociación privada-social, que incluya el
componente forestal de manera relevante dentro de iniciativas agroforestales,
silvo-pastoriles, de fortalecimiento del desarrollo forestal comunitario en
ejidos y comunidades, aprovechando experiencias exitosas para su financiamiento
y su orientación tecnológica más adecuada.[8]
c) El
desarrollo integral del Istmo de Tehuantepec debe visualizarse primero como un
programa para incentivar el establecimiento de industrias y la ampliación de
actividades productivas (agroindustrias, energía eólica, minería y siderurgia,
petroquímica, entre otras), y después como un programa para desarrollar la
infraestructura y servicios logísticos de apoyo a tales actividades e
industrias. Un elemento dinamizador
podrían ser las Zonas Económicas Especiales de Coatzacoalcos y Salina Cruz, y
una estrategia de promoción robusta podría darse a partir de constituir un
“Administrador Integral” (en los términos de la Ley de ZEEs) con capacidad para
incidir en el desarrollo de la zona, con la formación de una entidad
paraestatal que fusione a las APIs de Coatzacoalcos y Salina Cruz con el
Ferrocarril del Istmo, y sea un vehículo de captación de inversión privada
internacional en mayor escala.
En
teoría, los proyectos derivan de los planes y estrategias de desarrollo, y para
su concreción deberían recorrer un ciclo de desarrollo en que se van analizando
cada vez con mayor detalle, hasta decidir su ejecución. La realidad, como sabemos, es distinta. Lo común es que los proyectos se empiecen a
analizar una vez que ya se ha tomado la decisión de realizarlos, por un interés
político o de otra índole. Un uso más
sensato y racional de los recursos públicos escasos tendría que llevarnos a
estructurar carteras de proyectos de inversión, por sector, de escalas
distintas (nacionales, regionales, locales), como mecanismos para apoyar
procesos deliberativos participativos entre autoridades, órdenes de gobierno, e
incluso actores privados y sociales.
Finalmente,
incluyo algunas recomendaciones sobre temas puntuales:
·
El PAN quiere difundir la idea de un pacto
entre MORENA y el PRI (el “PRIMOR”), cuando la realidad es que los pactos entre
el PRI y el PAN (el PRIAN) se vienen haciendo desde hace mucho. En las dos últimas elecciones presidenciales,
por ejemplo, el candidato Calderón pactó con el gobernador Peña Nieto para
conseguir votos priístas en 2006, y en 2012 el candidato Peña Nieto pactó con
el presidente Calderón para obstaculizar las candidaturas de Josefina Vázquez
Mota y la tuya, así como para que el PAN firmara el Pacto por México a cambio
de impunidad para los actos de corrupción del gobierno calderonista.[9] Este es el mecanismo de transmisión de la
corrupción-impunidad sistémicas que debemos denunciar y eliminar.
·
Necesitas hacer “rounds de sombra” para los dos
debates que faltan con sinodales que te exijan (que no tengan los mismos puntos
vista de tú), preparar bien tus ideas-fuerza y tener listas tarjetas que te ayuden
a señalar los elementos principales de tus propuestas. Te recomiendo meditar[10] por lo menos 10 a 15
minutos diarios, en la mañana o antes de dormir.
·
Debes dirigirte en tus mensajes a todo México y
no sólo a tu núcleo duro.
·
Creo que debes hacer otras entrevistas en el
formato y con el tipo de participantes como la de Milenio, para que te pueda
conocer realmente un público más amplio.
·
Complementar la explicación ilustrada del tema
del aeropuerto con un elemento faltante:
¿cómo serían las condiciones de aeronavegación en la propuesta de hacer
un sistema aeroportuario Santa Lucía-aeropuerto actual de la CDMX?
·
Elaborar explicaciones ilustradas similares
para otros temas álgidos: la propuesta
integral de seguridad, incluyendo la descripción más detallada del componente
de amnistía; los precios de garantía y
la autosuficiencia alimentaria; la producción interna de combustibles y sus
precios.
·
Propiciar la deliberación pública entre actores
sociales será presumiblemente un elemento distintivo de tu gobierno, por lo
cual habría que trabajar en el diseño de los esquemas diversos que podrían
utilizarse, a fin de asegurar, transparencia, rendición de cuentas,
deliberación basada en evidencias, entre otras características que le hagan ver
a la gente que no se trata de estimular un asambleísmo a mano alzada.
Espero
que lo anterior ayude a mejorar en algo tu campaña en los menos de dos meses
que faltan para la elección.
También,
y sobre todo, espero que, como ya lo has expresado, no nos vayas a fallar,
porque si lo haces ten la seguridad de que te lo vamos a reclamar,
Fraternalmente,
Octavio
Arellano
[2]
Pareciera evidente señalar que las diferencias de opinión entre los militantes
de MORENA se deben procesar internamente y no ante la opinión pública, a fin de
no generar turbulencias a la campaña del candidato a la presidencia. Debe entenderse también que el nuevo gobierno
y MORENA serán dos cosas distintas, y que no necesariamente la plataforma
electoral de MORENA será recogida íntegramente en el nuevo Plan Nacional de
Desarrollo.
[3]
Véase la publicación elaborada por la Subcoordinación Técnica de la Comisión
para el Plan Puebla-Panamá, Informe de Avances y Perspectivas, junio de
2002.
[4] Los
ingresos tributarios en México han alcanzado del orden de un 13% de PIB, cuando
el promedio de la OCDE es de 35%.
[5]
Como las de Luis de la Calle en la publicación ¿Y ahora qué?: México ante el
2018, de reciente aparición.
[6] Cabe
recordar que en el sexenio de Calderón, el IEPS fue consistentemente menor que
el subsidio aplicado al precio de los combustibles. Este subsidio alcanzó niveles de casi 2% del
PIB, y fue financiable sólo porque PEMEX recibía todavía más ingresos por la
exportación de crudo que el gasto que realizaba para la importación de
combustibles. Pero esa situación ya se
invirtió, y ahora las exportaciones de crudo no alcanzan a pagar las
importaciones de combustibles.
[7]
Ver nota sobre la propuesta de refinerías en http://reflexion-oar.blogspot.mx/.
Coordiné a los equipos interdisciplinarios que elaboraron los dos primeros
programas maestros de desarrollo portuario de Dos Bocas, y participé
activamente en la sustentación técnica que llevó a transformar la terminal
particular de PEMEX en una API. Por otro
lado, viví diez años en Campeche y trabajé de cerca en el tema petrolero desde
la óptica del municipio de Carmen. Por
tanto, creo que mi opinión merece el beneficio de la duda.
[8]
Sin duda, Alfonso Romo tendría mucho que aportar en este tema, ya que fue de
los pioneros en el desarrollo de plantaciones forestales comerciales en el
Sur-Sureste.
[9]
Véanse las publicaciones de Álvaro Delgado (El Amasiato, el Pacto Secreto
Peña-Calderón y otras Traiciones Panistas) y de Jorge Castañeda, ahora
coordinador de estrategia de Anaya (Sólo Así, por una Agenda Ciudadana
Independiente), ambas de 2016.
[10]
Una filosofía-técnica que se ha popularizado en años recientes incluso entre los
directivos de las grandes empresas es la conocida como Mindfulness.
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