domingo, 8 de julio de 2018

Evolución reciente y perspectivas de la región de la Alianza del Pacífico

Elaboré esta nota en el primer semestre de 2016, cuando formaba parte de un grupo de trabajo encargado de formular un informe sobre el futuro de la Alianza del Pacífico, en PwC México.  Lo publico ahora como antecedente que puede ser útil frente a la próxima reunión de los mandatarios de Colombia, Chile, Perú y México, con sus similares de MERCOSUR en Puerto Vallarta.

1. Acuerdo de integración política, económica y comercial

Tanto el Marco General del Acuerdo de la Alianza del Pacífico como el Protocolo Adicional[1], han sido suscritos por los Presidentes y ratificados por los Congresos de Chile, Colombia, México y Perú.  La Alianza del Pacífico entrará formalmente en vigor el primero de mayo de 2016.[2]

El objetivo del acuerdo consiste en:

a. construir, de manera participativa y consensuada, un área de integración profunda para avanzar progresivamente hacia la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas;

b. impulsar un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad de las economías de las Partes, con miras a lograr un mayor bienestar, la superación de la desigualdad socioeconómica y la inclusión social de sus habitantes; y

c. convertirse en una plataforma de articulación política, de integración económica y comercial, y de proyección al mundo, con especial énfasis al Asia Pacífico.[3]

Desde 2011, cuando inició el proceso de negociación, el acuerdo ha despertado interés en la comunidad internacional.  A la fecha, hay 49 países de los 5 continentes que participan en el proceso en calidad de observadores.

Ref
América
Europa
Asia
Oceanía
1
Estados Unidos
Países Bajos
Israel
Australia
2
Canadá
Francia
Turquía
Nueva Zelanda
3
Guatemala
Bélgica
Georgia

4
Honduras
Finlandia
China

5
El Salvador
Suecia
India
África
6
Costa Rica
España
Tailandia
Marruecos
7
Panamá
Reino Unido
Singapur
Egipto
8
Rep. Dominicana
Portugal
Indonesia

9
Trinidad y Tobago
Austria
Japón

10
Haití
Dinamarca
Corea del Sur

11
Uruguay
Alemania


12
Paraguay
Italia


13
Ecuador
Suiza


14
Argentina
Polonia


15

Hungría


16

Grecia


17

Rumania


18

República Checa


19

Noruega


20

Eslovaquia


21

Ucrania



Se trata de un acuerdo regional abierto de integración profunda cuyo esquema de toma de decisiones es intergubernamental.[4]  Es también un mecanismo de cooperación y articulación política y económica.  La toma de decisiones se da en el seno de las Cumbres Presidenciales.  En los periodos entre cumbres, se elige a uno de los Presidentes como Presidente Pro-Témpore durante un año.




Si bien los cuatro países miembros ya tenían acuerdos de libre comercio entre sí, con la entrada en vigor del acuerdo de la Alianza del Pacífico, se desgravarán de inmediato 92% de los productos, mientras que el resto 8% (primordialmente productos agrícolas sensibles como el maíz, trigo, café, plátano, frijol y papa) lo hará en un periodo de 2 a 17 años.  Solamente el azúcar quedó fuera del acuerdo.

Cabe mencionar un rasgo importante del acuerdo, que luego se repitió en el acuerdo Trans-Pacífico (TPP, por sus siglas en inglés), y que consiste en la coexistencia de los acuerdos, dejando a las partes (exportador/importador) la decisión acerca de cuál acuerdo regirá en sus operaciones.[5]

A la fecha, se han realizado diez Cumbres Presidenciales que en cada ocasión han generado resultados concretos entre las partes, por lo que se ha calificado al acuerdo como un instrumento ágil y pragmático.

Fecha
Evento
Resultados
28 de abril de 2011
Cumbre I,  de Lima, Perú
Se acuerda constituir la Alianza del Pacífico como área de integración regional profunda.
4 de diciembre de 2011
Cumbre II, de Mérida, Yucatán, México.
Se negocia el proyecto de Acuerdo Marco.
Se suscriben dos memorándums de entendimiento:  en materia de cambio climático, y para la promoción del comercio de servicios y la inversión
5 de marzo de 2012
Cumbre III, virtual
Se aprueba el texto del Acuerdo Marco.
Se crea la Plataforma de Cooperación del Pacífico para diseñar y promover proyectos en cuatro áreas: cambio climático; MIPYMES; ciencia, tecnología e innovación; y desarrollo social.
6 de junio de 2012
Cumbre IV, Antofagasta, Chile
Los cuatro presidentes firman el Acuerdo Marco.
Inicia red de investigación científica en materia de cambio climático.
Concluyen negociaciones sobre comercio electrónico.
17 de noviembre de 2012
Cumbre V, Cádiz, España (en el marco de la XXII Cumbre Iberoamericana)
Acuerdo para alcanzar desgravación total en al menos el 90% de las líneas arancelarias.
Eliminación de visas mexicanas para  turistas de Colombia y Perú.
Inicia programa de movilidad académica y becas estudiantiles.
Se aprueba programa de competitividad de MIPYMES.
26 de enero de 2013
Cumbre VI, Santiago de Chile (enseguida de la I Cumbre CELAC-UE)
Se acuerda concluir el proceso de negociaciones comerciales.
24 de mayo de 2013
Cumbre VII, Cali, Colombia
Concluyen las negociaciones sobre facilitación comercial y cooperación aduanera, obstáculos técnicos al comercio.
Se establece mesa sobre el sector cosméticos.
10 de febrero de 2014
Cumbre VIII, Cartagena, Colombia
Los cuatro Presidentes firman el Protocolo Adicional al Acuerdo Marco.
19 de junio de 2014
Cumbre IX, Punta Mita, Nayarit, México
Se incorpora Bolsa de Valores de México al Mercado Integrado Latinoamericano (MILA).
Se suscribe carta de intención para la colaboración técnica de la OCDE en el desarrollo de PYMES.
Se acuerda formular agenda de trabajo entre Consejo de Ministros y países observadores.
Avances en la discusión del Fondo para el Desarrollo de Infraestructura.
1 de julio de 2015
Cumbre X, Paracas, Perú
Los cuatro Presidentes firman el Primer Protocolo Modificatorio del Protocolo Adicional al Acuerdo Marco, que contiene un capítulo de mejora regulatoria, un anexo al capítulo de obstáculos técnicos al comercio en materia de cosméticos, modificaciones y nuevas disposiciones a los capítulos de telecomunciaciones y comercio electrónico.
Se acuerda iniciar la construcción de una agenda digital común.
Se acuerda identificar mecanismos que contribuyan a mejorar la oferta de medicamentos y el acceso a servicios de salud de calidad.
Se acuerda iniciar la interoperabilidad de las Ventanillas Únicas de Comercio Exterior (VUCEs) y fortalecer los programas de Operadores Económicos Autorizados.
Se acuerda establecer una agenda público-privada para el desarrollo y promoción de la innovación.
Se acuerda continuar el desarrollo de la estructuración del primer vehículo de inversión regional del Fondo de Capital Emprendedor de los países de la AP.
Se crea el Consejo de Ministros de Finanzas de la AP.
Se acuerda consolidar al MILA y el mercado de capitales de la región.
Se acuerda promover el desarrollo de “vehículos de la AP”, que permitan a inversionistas privados participar en proyectos de infraestructura en la región.
20 de julio de 2015

Entra en vigor el Acuerdo Marco de la Alianza del Pacífico, una vez que ha sido ratificado por los cuatro Congresos.
Mayo 1, 2016
Toda la región
Entra en vigor el Protocolo Adicional que contiene las reglas operativas del acuerdo.

Las estructuras gubernamentales han generado a la fecha 23 grupos técnicos en distintas materias.

Grupos técnicos gubernamentales
Cooperación
Asuntos institucionales
Agencias de promoción
Compras públicas
PYMES
Innovación
Servicios y capitales
Turismo
Educación
Propiedad intelectual
Comité de expertos-CEAP
Desarrollo minero, responsabilidad social y sustentabilidad
Movimiento de personas y facilitación del tránsito migratorio
Transparencia fiscal internacional
Facilitación del comercio y cooperación aduanera (subgrupo)
Estrategia comunicacional
Relacionamiento externo
Cooperación regulatoria en cosméticos (subgrupo)
Ventanilla Única de Comercio Exterior, VUCE  (subgrupo)
Protección al consumidor (subgrupo)
Seguridad (subgrupo)
Enfoque de género
Cultura


La participación privada ha sido muy intensa y ha acompañado el proceso casi desde el origen.  El Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico (CEAP) fue constituido el 29 de agosto de 2012, y en él participa un grupo reducido de empresarios y representantes empresariales de los cuatro países.  Además de coordinar la participación de las distintas cámaras y empresas en función de los temas e industrias involucrados, a lo largo del proceso de negociación del acuerdo, el CEAP ha desarrollado una agenda propia para expresar los temas de interés del sector empresarial y buscar que sean validados por los altos niveles de decisión política e incorporados en los trabajos de los grupos técnicos gubernamentales.

2. Comercio exterior de los cuatro países

Los cuatro países han abierto sus economías al libre comercio y a la inversión extranjera directa en forma sostenida durante más de una década.






El comercio total de bienes y servicios de Chile y México equivale a dos terceras partes de sus PIBs, mientras que en Perú es de casi la mitad del PIB y en Colombia llega al 37.5% en 2014.  El comercio de servicios tiene una participación menor pero una importancia creciente en los cuatro países de la región.  Oscila entre un 4.3% del PIB en el caso de México, a un 10% para Chile.

La inversión extranjera directa es ya un componente fundamental en el desarrollo de los países de la región.  Su nivel con respecto al PIB se ha incrementado consistentemente y es elevado en Chile (8.5%), Colombia (4.3%) y Perú (3.9%), mientras que en México, en función del tamaño de su economía, aún es reducido.



El comercio exterior total de bienes de esta región es el 44% del comercio total de América Latina y el 3% del comercio mundial[6], alcanzando 1.1 billones de dólares en 2014.  En los últimos años (2000-2014), el comercio intra-regional ha crecido más que el comercio total de los países de la Alianza del Pacífico (11.9% vs 7.8%).  Sin embargo, sigue representando una porción pequeña de su comercio total.




El comercio intra-regional fue superior a los 40 mil millones de dólares en 2014.  México participó con el 32%, Colombia con el 26%, Chile con el 21% y Perú con el 20%. Dado el tamaño relativo de las economías, este comercio representó sólo el 1.7% del comercio total de México, el 6.2% para Chile, el 9.5% para Colombia, y el 10.7% en el caso de Perú.  En conjunto, el comercio intra-regional significó el 3.7% del comercio exterior total de los cuatro países.




Comercio de Colombia[7]

Conforme al Atlas de la Complejidad Económica, desarrollado por el Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, [8]  las exportaciones de bienes de Colombia en 2014, por un valor de 60.7 mil millones de dólares, estaban concentradas en materias primas (petróleo, carbón y oro principalmente) y productos agrícolas primarios (café y plátanos).  También son relevantes:  las medicinas empacadas, productos farmacéuticos y de belleza; los alimentos y bebidas; las ferroaleaciones; polímeros y productos plásticos; textiles y confección; productos de papel; automóviles y aparatos eléctricos y electrónicos.   La exportación de estos productos se concentró en más del 50% en cuatro países:  Estados Unidos, China, India y Panamá.  Le siguen como regiones América Latina y Europa.

Por su parte, las importaciones colombianas, por un valor de 58.5 mil millones de dólares, corresponden en más del 60% a productos electrónicos; vehículos, autopartes y aeroespacial; medicinas empacadas y productos petroleros refinados.  Son también relevantes los productos de hierro, acero y aluminio; los aparatos médicos y de precisión, los cereales; y los polímeros de etileno en formas primarias.  Las importaciones provienen en más del 65% de Estados Unidos, China, México, Brasil y Alemania.  Por regiones, sobresale Europa, América Latina y Asia-Pacífico.



Desde el punto de vista de intensidad tecnológica, el 80% de las exportaciones colombianas son materias primas, mientras que el 65% de las importaciones corresponden a productos de tecnología media y alta.





Por su posición en la cadena de valor, apenas el 17.6% de las exportaciones y el 55% de las importaciones correspondieron a bienes intermedios.[9]



De las 1,257 partidas en que se dividen los productos que se comercian internacionalmente[10], Colombia exporta 500 a México.  En 25 productos se concentra el 68% del valor total de las exportaciones colombianas que asciende a 923 millones de dólares.  Los principales son:  automóviles de turismo, de tipo familiar y de carreras; el carbón; productos de plástico; y el aceite de palma.

Colombia exporta 574 productos distintos a Chile por un valor de 1,131 millones de dólares.  El 83% del valor total de las exportaciones se encuentra en 25 productos, aunque el carbón representa casi el 47%.  Le siguen en importancia:  el petróleo crudo, azúcar, y los medicamentos dosificados para su venta.

A Perú, Colombia exporta 615 productos con una estructura semejante a la del comercio con Chile, por un valor de 1,243 millones de dólares, salvo por el carbón, que tiene en este caso un peso mucho menor.  Los 25 productos de mayor valor suman el 64% del total de las exportaciones.

Colombia importa 496 productos distintos de Chile, por un valor de 929 millones de dólares.  Los 25 productos de mayor valor representan el 68% de las importaciones totales.  Sobresalen:  manzanas y frutas frescas; productos de cobre; productos de madera, celulosa y papel; pescado; y vino.

A México, Colombia le compra 803 productos distintos, por un valor de 5,272 millones de dólares.  Los 25 productos de mayor valor representan el 75% de las importaciones totales.  Destacan los vehículos automotores, los productos electrónicos, y los aparatos electrodomésticos.

Colombia importa 541 productos diversos de Perú, por un valor de 1,204 millones de dólares.  El 78% del valor total de las importaciones se concentra en 25 productos.  Destacan:  productos petroleros refinados; productos de cobre; productos de plástico; azúcar y aceite de palma.

Comercio de Chile

Más del 50% del valor de las exportaciones chilenas en 2014 se concentró en productos de cobre y con contenido de oro, por un valor de 74.3 mil millones de dólares.  Son relevantes también las frutas frescas y el pescado; los productos de madera, celulosa y papel; el vino; y las medicinas empacadas.  El destino de las exportaciones chilenas es en más del 50% la región de Asia-Pacífico.  China absorbe el 27% de las exportaciones del país.  América Latina, Europa y Estados Unidos siguen en importancia.

Las importaciones de Chile, por un valor de 66.2 mil millones de dólares, están concentradas en tres grupos de productos:  petróleo y derivados; productos electrónicos; automotriz y de autopartes.  También son relevantes las importaciones de medicamentos empacados; productos de hierro, acero y aluminio; polímeros y plásticos; instrumental médico y de precisión; y textil y de la confección.  Las importaciones de Chile provienen en alrededor del 30% de América Latina.  Estados Unidos provee el 21%, Asia-Pacífico otro 30% (China solo, el 22%), y el resto es en gran medida de origen europeo.

Las exportaciones chilenas tienen en más de un 80% una intensidad tecnológica baja y media, que corresponden en gran medida a productos basados en recursos naturales con algún grado de valor agregado.  En tanto que las importaciones son en más del 56% de nivel tecnológico medio y alto.




Es destacable el hecho de que 77.5% de las exportaciones de Chile son bienes intermedios, lo cual señala que su comercio exterior está plenamente instalado en la lógica de las cadenas valor, y en menor medida en los mercado de consumo final.



Chile exporta a México 500 productos diversos, por un valor de 1,389 millones de dólares.  En los 25 productos de mayor valor se concentra el 75% de las exportaciones totales.  Destacan:  los productos de cobre; los productos de madera, celulosa y papel; el pescado y la carne de aves; y las frutas frescas y preparadas.

Chile exporta 673 productos distintos a Perú, por un valor de 1,279 millones de dólares.  El 56% del valor total de las exportaciones se encuentra en los 25 principales productos.  Destacan:  abonos minerales nitrogenados; maquinaria para la industria minera;  frutas frescas y preparadas; productos de madera, celulosa y papel.

Chile adquiere de México 722 productos diversos, por un valor de 2,447 millones de dólares.  En los 25 productos de mayor valor se concentra el 76% de las importaciones totales.  Destacan:  los productos electrónicos; los vehículos automotores y autopartes; los aparatos electrodomésticos; y la cerveza.

De Perú, Chile adquiere 740 productos diversos, por un valor de 1,541 millones de dólares.  El 57% del valor total de las importaciones se concentra en 25 productos.  Destacan:  los productos de cobre y otros minerales como molibdeno y cinc; el petróleo crudo y el gas;  la harina y grasa de pescado; y el ácido sulfúrico.

Comercio de Perú

Las exportaciones peruanas en 2014, por un valor de 40.1 mil millones de dólares, se concentraron en alrededor del 50% en productos de cobre y otros minerales como el oro, el zinc, y el plomo.  También destacaron el petróleo crudo y refinado y el gas; los alimentos frescos y procesados; las prendas de vestir; y los productos de limpieza y belleza.  El destino de las exportaciones peruanas fue Asia-Pacífico en alrededor del 30% (China solo, 19%).  América del Norte (Estados Unidos y Canadá) absorbió el 21% y otra porción semejante América Latina.  El resto se dirigió en gran medida a los países europeos.

Las importaciones de Perú en 2014, por un valor igual que las exportaciones de 40.1 mil millones de dólares, se concentraron en productos electrónicos; automotriz y autopartes; petróleo crudo y derivados; productos químicos y farmacéuticos; productos de hierro, acero y aluminio; polímeros de etileno, propileno y productos de plástico; textil y confección.  El origen de las importaciones peruanas fue en un 21% cada uno, de Estados Unidos y de China.  América Latina aportó más del 25%, Asia-Pacífico más del 10%, y el resto en gran medida de Europa.


Las exportaciones peruanas son en un 74% de intensidad tecnológica baja y media; mientras que sus importaciones son en un 60% de bienes de tecnología media y alta.



Al igual que en el caso de Chile, destaca el hecho de que la mayor parte de las exportaciones se ubica en los bienes intermedios (82%), lo cual es indicativo de que la lógica del comercio peruano es también la de las cadenas de valor, y en menor medida la atención de mercados de consumo final.




Perú exporta 481 productos diversos a México, por un valor de 1,096 millones de dólares.  Uno solo de ellos representa casi el 72% del valor de las exportaciones totales: el gas natural licuado.  Otros relevantes son:  productos de cobre; productos de madera, celulosa y papel; productos de plástico; y alimentos.

De México, Perú adquiere 675 productos diversos, por un valor de 1,925 millones de dólares.  Los 25 productos de mayor valor representan el 68% de las importaciones totales.  Destacan:  los productos electrónicos; los vehículos automotores y autopartes; los productos electrodomésticos; productos de belleza y limpieza.

Comercio de México

Las exportaciones mexicanas en 2014, por un valor de 384 mil millones de dólares, se concentraron en más del 50% en productos electrónicos, vehículos automotores y autopartes.  Destacan también aparatos y dispositivos médicos; productos de hierro, acero y aluminio;  petróleo crudo; frutas y verduras; medicinas empacadas y productos de belleza y limpieza; cerveza; plásticos; textil y de la confección.  Las exportaciones de México se concentran en un 71% en Estados Unidos, y un 6% adicional en Canadá.  El resto se divide en proporciones similares entre Asia-Pacífico, Europa, y –en menor medida- América Latina.

Por su parte, las importaciones mexicanas, por un valor de 365 mil millones de dólares, se concentran en más de un 30% en productos electrónicos, en un 10% en vehículos automotores y autopartes; en otro 10%, productos petroleros refinados y gas natural; y proporciones similares de productos de hierro, acero y aluminio; productos químicos y farmacéuticos; y productos de plástico.  El origen de las importaciones mexicanas es en un 50% Estados Unidos y en un 17% China.  Asia-Pacífico aporta otro 13%, Europa alrededor del 8%; América Latina 5% y Canadá 3%.

En contraste con los otros tres países miembros de la Alianza del Pacífico, casi el 80% de las exportaciones mexicanas son de bienes con tecnología media o alta.



El hecho de que casi el 40% de las exportaciones mexicanas sean en bienes finales refleja la posición preferente del país en los eslabones finales de las cadenas de valor. 




 Del mismo modo, el que casi el 80% de las importaciones sean bienes intermedios refleja el alto grado de integración de la planta productiva con cadenas de valor globales.


Comercio regional

El comercio exterior ha sido tradicionalmente una palanca para el desarrollo de los países.  Las estrategias comerciales han variado: de la sustitución de importaciones que prevaleció en América Latina a mediados del siglo pasado, al crecimiento basado en exportaciones de los países del sudeste asiático de hace algunas décadas, a la predominancia de las cadenas de valor globales en la época actual.  Hoy, más del 50% del comercio mundial no petrolero es de bienes intermedios.[11]

Nunca ha sido más claro que el comercio exterior es la otra cara de la actividad productiva de los países.  Es por ello que diversos analistas señalan ahora la necesidad de que, con miras al Tratado Trans-Pacífico (TPP por sus siglas en inglés), nuestros países deben afinar sus políticas industriales de manera integral, que incluyan financiamiento, infraestructura, acceso a energía de bajo costo, política regional, para propiciar un mayor contenido nacional en las cadenas productivas de suministro.[12]

Es en este contexto que debe valorarse el papel que puede desempeñar el acuerdo de integración política y económica de la Alianza del Pacífico, como instrumento para posicionar e insertar mejor a los países miembros dentro de las grandes tendencias de desarrollo mundial.

Entrevista con Jaime Serra Puche
Jaime Serra Puche fue la cabeza mexicana del equipo negociador del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en su carácter entonces de Secretario de Comercio y Fomento Industrial. Actualmente es presidente de la conocida firma consultora SAI Derecho & Economía, donde ha prestado servicios de asesoría en integración económica y comercial.




El mundo se está reacomodando en acuerdos macro-regionales como el Tratado Trans-Pacífico, el Tratado Trans-Atlántico de Comercio e Inversión, y el Acuerdo Regional de Asociación Económica Amplia  (Regional Comprehensive Economic Partnership, RCEP).  ¿Qué papel puede jugar la Alianza del Pacífico en este contexto?

La Alianza del Pacífico, que  involucra a Colombia, Chile, México y Perú, es un concepto de integración económica que promueve, por un lado, complementariedades entre los países miembros y, por otro, el fortalecimiento de capacidades competitivas a través de la colaboración e intercambios de experiencias entre nuestras naciones.   En un contexto de acuerdos comerciales entre regiones, la Alianza del Pacífico representa una posibilidad de cooperación para enfrentar una competencia cada vez más intensa por mercados en Asia; de hecho, tres de los miembros de la Alianza también son signatarios del TPP.

Reconociendo que la integración “natural” de México ha sido con América del Norte, y que este proceso se ha consolidado a lo largo de más de 20 años, ¿cuáles serían las condiciones y ritmos para hacer viable la inserción de empresas proveedoras de los países sudamericanos miembros de la Alianza del Pacífico (Colombia, Chile y Perú), en cadenas de valor globales con fuerte presencia en México, como la automotriz y de autopartes, la aeroespacial, la electrónica, por mencionar algunas?

Efectivamente, México tiene una vocación natural y probada de integración con Norteamérica. De hecho, tal integración ha fomentado el crecimiento de bases de proveedores competitivos en industrias como las que se listan en la pregunta, con lo cual el país se ha integrado en cadenas globales de valor que exigen  sofisticación tecnológica en diversos grados y tipos, así como el cumplimiento de los más exigentes estándares del exterior.   En la medida en que Chile, Colombia y Perú incrementen sus capacidades tecnológicas y la complejidad de su estructura productiva, podría facilitarse la integración competitiva con México en cadenas globales de valor con una especial orientación a Norteamérica, pero con posibilidades de ampliar presencia en otros grandes mercados.

¿Cómo operará en la práctica la coexistencia de tratados comerciales (tratados bilaterales, TLCAN, Alianza del Pacífico, Tratado Trans-Pacífico)?  ¿Qué retos/oportunidades supone esto para los países de la Alianza del Pacífico?

El reto fundamental es que en la implementación del TPP y de la propia Alianza del Pacífico no se menoscaben las preferencias de acceso que los países ya habían pactado previamente en los otros acuerdos comerciales.   Respecto a las oportunidades, la diversidad de tratados implica potencial de desarrollar competitivamente nuevos mercados, como ya se apuntó en las respuestas anteriores.

El comercio intra-regional ha sido una porción muy reducida del comercio exterior total de los cuatro países.  Además, Latinoamérica en su conjunto presenta niveles de comercio intra-industrial más bajos que otras regiones del mundo como Europa o Asia-Pacífico.  México, como parte del mercado de América del Norte, se ha integrado estructuralmente al aparato manufacturero de Estados Unidos, con lo cual el comercio entre ambos países ha crecido exponencialmente, reduciendo –en el caso de México- el intercambio con otras regiones del mundo.  Por su parte, Colombia, Chile, y Perú se han insertado con gran velocidad en el circuito comercial asiático, con China a la cabeza, como proveedores de materias primas, aprovechando su condición de países ricos en recursos naturales.

Aunque el acuerdo de la Alianza del Pacífico se plantea a contracorriente de los procesos dominantes de los países miembros, su pertinencia radica justamente en que traza caminos que abren opciones complementarias distintas y viables para el fortalecimiento comercial y productivo de las cuatro naciones.  También pone de relieve la necesidad de que los actores económicos, gubernamentales y privados, actúen de manera coordinada y cooperativa, con estrategias explícitas y metas de corto y más largo plazo, a fin de orientar los mercados en el sentido deseado. 



Frente a los grandes acuerdos macro-regionales en ciernes[13], la Alianza del Pacífico puede ser el espacio privilegiado para impulsar la articulación productiva regional, de América del Sur con América del Norte[14], con miras al comercio transcontinental con Asia y Europa.[15]  México puede ser el gozne entre las dos regiones[16], a partir de la búsqueda de una inserción eficiente de Colombia, Chile y Perú en cadenas de valor globales de mayor intensidad tecnológica, como la automotriz, aeroespacial, electrónica y de tecnologías de información y comunicación.  Dado el tamaño de las importaciones y exportaciones anuales de México en estas industrias, se considera viable encontrar oportunidades de interés empresarial para iniciar el desarrollo de proveedores locales en los tres países sudamericanos.[17]




Otra vertiente de complementación económica consiste en conjugar los recursos humanos calificados y financieros escasos de la región para integrar redes de investigación y desarrollo con el mandato explícito de generar alternativas de valor agregado a los recursos naturales (minería –cobre, metales preciosos, otros-; energías renovables –solar, eólica y geotérmica-; y productos agropecuarios, piscícolas y forestales), combinando disciplinas en los tres ámbitos que están guiando la transformación industrial mundial: biológico, digital y físico.[18]  Se requerirá encontrar, a través del diálogo, un balance adecuado entre cooperación y competencia, a fin de que los actores económicos tengan incentivos para trabajar conjuntamente.  Se debe fomentar, adicionalmente, el intercambio regional de experiencias, la difusión de casos exitosos y las mejores prácticas, como una manera de aprender más rápido unos de otros.  La plataforma de la Alianza del Pacífico puede ser útil para este propósito.  Hay, de hecho, procesos en marcha que pueden ser reforzados:

·         la articulación de cadenas productivas regionales de la industria silvícola, desde la producción de madera y celulosa en plantaciones forestales y bosques nativos, hasta la producción de tableros, aglomerados, muebles, papel y libros que se está gestando con el liderazgo de empresas chilenas[19]
·         el desarrollo de parques y clusters de energía renovable no convencional, particularmente eólica y solar[20]
·         la consolidación de una oferta internacional de frutas y verduras de primera calidad a lo largo de todo el año, a partir de las ofertas de productores de la región, coordinados en esquemas de mercadeo comunes; así como la búsqueda de alimentos distintivos de mayor valor agregado[21]
·         el uso de polvos de cobre en el tratamiento de madera para mobiliario de hospitales y centros de salud, aprovechando sus propiedades antimicrobianas[22].

Por el tamaño de su mercado interno y su vecindad con Estados Unidos, las cadenas de valor en México se han ubicado en los eslabones finales; mientras que la abundancia relativa de recursos naturales ha posicionado a los tres países sudamericanos de la Alianza del Pacífico más cerca de los eslabones iniciales de las cadenas de valor.  El reto ahora es que los bienes intermedios que exporten Colombia, Chile y Perú a México tengan mayor valor agregado local e intensidad tecnológica, al tiempo que México logra consolidarse como una plataforma funcional para una exportación diversificada hacia las grandes regiones comerciales del mundo:  América del Norte, Europa y Asia-Pacífico.

3. Demografía

La tasa de crecimiento demográfico de los países miembros de la Alianza del Pacífico ha venido disminuyendo consistentemente en las últimas tres décadas, y lo seguirá haciendo.  La población actual es del orden de 220 millones de habitantes y se espera que crezca en poco más de 40 millones adicionales (18%) para 2035.



 



























Por la evolución esperada de la estructura de edades de la población, los cuatro países registrarán un comportamiento semejante al del grupo de ingreso que les corresponde[23], en los próximos 20 años, en lo que se refiere a la proporción de la población en edad de trabajar (15 a 65 años de edad) con respecto a la población total.  Así, Chile, que está clasificado como país en el grupo de ingresos altos, tendrá una reducción de casi 6 puntos porcentuales en este indicador durante el periodo 2015-2035; mientras que los otros tres países, registrarán un incremento máximo entre casi dos puntos porcentuales y medio punto dentro del mismo lapso, y luego empezará a descender. 



En un acercamiento mayor, la tasa de dependencia[24] puede descomponerse en sus dos segmentos para apreciar mejor su comportamiento.  La población infantil y juvenil menor de 15 años se reduce de manera significativa en la región durante el periodo 2015-2035, reduciendo la presión sobre el gasto en educación, salud y otros servicios para este segmento.  Pero, por el contrario, la población mayor de 65 años crece en forma importante con respecto a la población en edad de trabajar, aumentando la necesidad de gasto para servicios relacionados con este otro segmento.
 


FUENTE:  Modelo macroeconómico elaborado por el Pardee Center for International Futures de la Universidad de Denver.




 FUENTE:  Modelo macroeconómico elaborado por el Pardee Center for International Futures de la Universidad de Denver.

De hecho, la población mayor de 65 años prácticamente se duplica en el periodo dentro de la región, con Chile a la cabeza con un 19.1% respecto de su población total.[25]

4. Crecimiento económico

La tasa de crecimiento anual de los países de la Alianza del Pacífico en los últimos 35 años refleja la volatilidad de los mercados de materias primas.  Para ninguno de los cuatro países han sido extrañas tasas de 5% o más en lo que va de este siglo.  Pero el hecho es que el crecimiento promedio en los últimos veinte años (1995-2015) no ha sido del todo satisfactorio:  4.6% para Perú, 4.1% para Chile, 3.4% para Colombia, y 2.8% para México.
 

















La proyección de crecimiento para el periodo 2016-2035 en un escenario de “business as usual” sigue de cerca el patrón histórico:  Perú al 4.3%, Chile al 3.3%, México al 3.2% y Colombia al 2.9%.  En conjunto, la región crecería al 3.3% promedio anual.

Dado este escenario de línea de base, los cuatro países se rezagarían con respecto a sus grupos de nivel de ingreso per cápita; Chile con respecto a los países del grupo de altos ingresos, y los otros tres países en relación al grupo de países con ingresos medios altos.

 






















Para mantener el paso con sus grupos de ingreso per cápita, los países miembros de la Alianza del Pacífico tendrían que crecer a una tasa promedio regional de 5.2% anual, con lo cual el PIB prácticamente se triplicaría, de 2.1 billones de dólares a 6 billones en 2035.  Esta tasa equivale a un crecimiento de dos puntos porcentuales por arriba de lo estimado en el escenario base, con lo cual:  Perú crecería al 6.2%, Chile al 5.2%, México al 5.1% y Colombia al 4.9%. 

Esta es la dimensión económica de la ambición que aquí se propone.  Para alcanzarla sería necesario impulsar la productividad de las actividades clave en cada país, mediante la innovación y acciones disruptivas, y al mismo tiempo, potenciar el crecimiento de la productividad a través de la integración de los cuatro países.

Sólo de esta manera podrán escapar los cuatro países a la “trampa del ingreso medio”[26] en la que ya se encuentran (México y Chile) o en la que caerán irremisiblemente por la desaceleración económica que se proyecta (Colombia y Perú).  Cabe destacar que alcanzar el crecimiento requerido, como lo viene analizando el PwC Escape Index desde febrero de 2014 para las principales economías emergentes del mundo, demanda una visión holística que incluye los siguientes cinco aspectos:

·         Estabilidad y crecimiento económico
·         Cohesión y progreso social
·         Tecnologías de comunicación
·         Instituciones políticas, legales y regulatorias
·         Sustentabilidad ambiental.

1.1.       Desarrollo sustentable

Alineada a la visión holística, la ambición de la Alianza del Pacífico también tiene una dimensión social y otra de sustentabilidad ambiental.  Junto con la dimensión económica, las tres integran la aspiración de desarrollo sustentable de la región. 

El índice de desarrollo humano mide la dimensión social en tres aspectos:  vida sana y prolongada,  conocimiento y un estándar de vida decente.[27]  La ambición consiste en alcanzar para toda la región el estrato de desarrollo humano muy alto (más de 0.800), en el que ya se encuentra Chile.

Para valorar el aspecto de vida sana y prolongada, se utilizan indicadores de esperanza de vida al nacer; el conocimiento se mide a través de indicadores de escolaridad; y el estándar de vida está ligado a indicadores de ingreso.


 




















Cabe destacar, sin embargo, que al ajustar el índice de desarrollo humano por el factor de desigualdad, todos los países bajan de estrato:  Colombia pasa de desarrollo alto a desarrollo bajo (dos niveles menos), Chile pasa de desarrollo muy alto a desarrollo medio (dos niveles menos), México y Perú pasan de desarrollo alto a desarrollo medio (un nivel menos).  En el caso de Estados Unidos, Corea del Sur, España, y Argentina, todos pasan de desarrollo muy alto a desarrollo alto (un nivel menos).









Elevar el nivel de vida de la población requiere de medidas en diversos frentes.  Uno, sin duda, es el de la pobreza que, en el escenario base, continuará afectando a una porción significativa de los habitantes de la región, particularmente en Colombia y México. 


 

















En parte, los bajos ingresos obedecen a la incapacidad del aparato económico para generar el número suficiente de empleos formales bien remunerados.  Aunque en una tendencia descendente, el empleo informal seguirá siendo un factor determinante en el escenario base, que supone un desempeño semejante al histórico, sin grandes cambios.  La proyección sugiere que se mantendrá en niveles de 35 a45% en Colombia, México y Perú.  Sólo Chile aparece con un nivel cercano al 10%.

 



















En el capítulo de análisis de sectores clave, se incluyen la educación y la salud, que son elementos fundamentales del desarrollo social.  Ahí se revisarán los retos actuales y las oportunidades para la acción pública y privada.

Por su parte, en materia de sustentabilidad ambiental, la apuesta consiste en lograr que los cuatro países miembros de la Alianza del Pacífico alcancen el cuartil más alto del índice de comportamiento ambiental que elaboran las universidades de Yale y Columbia, con la colaboración del Foro Económico Mundial, y que se actualiza cada dos años.[28] 

En América Latina, sólo Chile ha logrado una calificación suficiente (70 sobre 100 puntos) para ubicarse en el cuartil más alto de los 178 países evaluados desde el punto de vista de su comportamiento ambiental.  México y Colombia se ubicarían en el tercer cuartil, mientras que Perú estaría en el segundo.


 
















El índice de comportamiento ambiental se calcula a partir de 20 indicadores que cubren dos ámbitos principales:  la salud ambiental (reducir el estrés sobre la salud humana) y la vitalidad de los ecosistemas (proteger ecosistemas y recursos naturales).  Para los países de la Alianza del Pacífico la preservación de los recursos naturales es un tema fundamental.  Así por ejemplo, en cuanto al cambio en la cubierta forestal, Chile destaca por su buen manejo, y ocupa la primera posición, junto con otros 15 países, dentro de un universo de 137 naciones.  Por su parte, Colombia, México y Perú ocupan lugares entre el 17 y 28, que parecen aceptables en términos comparativos, pero que sin embargo, al ver sus calificaciones (19.9 a 32.5 sobre 100), reflejan un manejo deficiente.

En cuanto a la sobre-explotación de acervos de peces, Perú ocupa la mejor posición (13 de 134 países), pero nuevamente las calificaciones de todos reflejan un desempeño muy pobre (de 9.5 a 23.5 sobre 100).

El segundo indicador pesquero se refiere a la presión sobre las pesquerías costeras.  Colombia ocupa el lugar 20 entre 134 países, con una calificación regular (55.4 de 100); mientras que el resto se ubica más abajo en el ranking y refleja un manejo deficiente (25.5 a 36 sobre 100).

 

















[1] Este instrumento contiene las reglas operativas del Acuerdo en 19 capítulos. Véase https://alianzapacifico.net/
[2] El Senado de Chile ratificó el Protocolo Adicional en enero de 2016.  La vigencia del Acuerdo inicia tres meses después de que se entrega esta última ratificación al depositario de la Alianza del Pacífico, que es el gobierno de Colombia.
[3] Acuerdo Marco de la Alianza del Pacífico, artículo 3.
[4] El regionalismo abierto supone la interdependencia económica creciente entre los países, con apertura y desregulación, para aumentar la competitividad e insertarse mejor en el contexto internacional.  Cualquier país que lo desee y cumpla con ciertos requisitos (afinidad con valores y contar con tratado de libre comercio con cada uno de los miembros) puede formar parte del Acuerdo.  La integración profunda incluye no sólo la desgravación arancelaria, sino sobre todo la eliminación de barreras no arancelarias (homologación y armonización de regulaciones y normas) y otros temas especiales como:  telecomunicaciones, comercio electrónico, inversión, servicios financieros, compras gubernamentales.  La A del P no ha creado una estructura supranacional para su gestión.  Se maneja a través de las estructuras gubernamentales existentes.
[5] Véase el artículo 8 del Acuerdo Marco de la Alianza del Pacífico y el artículo 1.2 del Acuerdo Trans-Pacífico.
[6] Dimensions and economic effects of the Pacific Alliance;  Dr. Rahel Aichele, IFO Center for International Economics, Munich; March 5, 2015.
[7] En las secciones que siguen por país, se describe en mayor detalle el comercio exterior de cada uno, incluyendo su relación bilateral con los otros tres países de la Alianza del Pacífico.  Cabe mencionar que si se presentan las exportaciones de Colombia a Chile, por ejemplo, ya no se incluyen después las importaciones de Chile provenientes de Colombia, a fin de no repetir.
[9] El rubro de materias primas en la clasificación por intensidad tecnológica no coincide necesariamente con
el rubro de materias primas en la clasificación por bienes intermedios y finales.  Un ejemplo:  las manzanas son materias primas en la óptica de intensidad tecnológica, y son productos finales (listos para el consumo) desde el punto de vista de su posición en la cadena de valor.
[10] Según la clasificación del Sistema Armonizado a 4 dígitos.
[11] Declaración de OMC.
[12]  Véase por ejemplo, “México necesita una política industrial integral”, entrevista con el director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), Luis Foncerrada, publicada en el número de enero-marzo 2016 de la revista Comercio Exterior, del Banco Nacional de Comercio Exterior (BANCOMEXT).
[13] El Tratado Trans-Pacífico (TPP, por sus siglas en inglés), ya aprobado por los jefes de Estado y en proceso de ratificación por los Congresos de cada país; el Tratado Comercial y de Inversión Trans-Atlántico (TTIP, por sus siglas en inglés) entre Estados Unidos y la Unión Europea, que está en proceso de negociación; al igual que el Regional Comprehensive Economic Partnership (RCEP), entre los 10 países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés), y seis socios regionales:  China, India, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.
[14] América Central ha iniciado ya este proceso de articulación.
[15] Los cuatro países de la Alianza del Pacífico cuentan con tratados de libre comercio con Estados Unidos y con la Unión Europea.
[16] Luis de la Calle, socio fundador y director general de la firma de consultoría De la Calle, Madrazo y Mancera, y consejero independiente de la Comisión Federal de Electricidad en México, señala la ventaja comparativa geopolítica que tiene México por ser el único país emergente grande con acceso a una red de acuerdos comerciales a los dos lados de los océanos, así como en el norte y el sur del continente americano. Véase la entrevista que concede a la revista Comercio Exterior, enero-marzo 2016.
[17] Un segmento potencial es el denominado information technology outsourcing, y particularmente el desarrollo de software, industria en la cual México ocupa ya el cuarto lugar mundial, después de la India, China y Filipinas.
[18] Véase la descripción que hace Klaus Schwab de esta transformación en curso:  The Fourth Industrial Revolution, Foro Económico Mundial, enero 2016.
[19] MASISA, ARAUCO, CMPC, entre otras.  MASISA es un buen ejemplo del dinamismo reciente de las empresas denominadas “multilatinas” y de la distribución regional de la cadena de valor.  Cuenta con 197 mil hectáreas de plantaciones forestales en cuatro países latinoamericanos; tiene 10 plantas industriales en cinco países de la región, y 340 locales comerciales en once países.  Es líder en la producción y comercialización de tableros de fibra y partículas de madera para muebles y arquitectura de interiores en Latinoamérica.  De los bosques de Chile produce madera aserrada y residuos, que exporta a México, dónde produce tableros MDF (medium density fiberboard), y está concluyendo una planta nueva para exportar a Estados Unidos.  Además de la red de distribuidores que en gran medida son start-ups de pequeños empresarios franquiciatarios, MASISA está gestionando alianzas estratégicas con empresas muebleras para hacer muebles de diseño, tanto para mercados locales como para exportación (de mueble estilo mexicano a la comunidad hispana en Estados Unidos, por ejemplo).
[20] Cabe destacar la utilización del cobre en los paneles solares, como una vía de diversificación de gran potencial.
[21] Como podría ser la producción de alimentos congelados, que reflejen la rica gastronomía regional a partir de recetas de los chefs locales de mayor reconocimiento internacional.
[22] Patente de CODELCO que utiliza la empresa industrial silvícola chilena ARAUCO  (entrevista con Franz Meiners, director de ARAUCO en México).
[23] Banco Mundial clasifica a los países en cuatro grupos, según el nivel de su ingreso per cápita:  (i) ingresos bajos, (ii) ingresos medios-bajos, (iii) ingresos medios-altos, y (iv) ingresos altos.  Chile pertenece al cuarto grupo, de ingresos altos, mientras que los otros tres países se ubican en el grupo de ingresos medios altos.
[24] Que es la relación entre la población en edad no laboral (la que tiene menos de 15 años y la que tiene más de 65) y la población en edad laboral (entre 15 y 65 años).
[25] En Colombia, llegará al 13.6%, en México al 12.9%, y en Perú al 11.9%.
[26] La trampa del ingreso medio se presenta en los países emergentes que después de una etapa de crecimiento acelerado se estancan porque no han acertado a desarrollar las condiciones necesarias y suficientes para un crecimiento sostenido, particularmente de carácter institucional.  Véase el análisis de PwC (2015), The World in 2050, y en particular la sección Escaping the income middle trap – the critical role of institutions
[27] Véase el anexo para una explicación más detallada del índice y lo que incluye.  La metodología fue desarrollada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) hace 25 años, y cada año se formulan informes y se estiman los indicadores por país y región.
[28] Véase el sitio http://epi.yale.edu.  El índice ha sido desarrollado por el Yale Center for Environmental Law and Policy (YCELP) y el Center for International Earth Science Information Network (CIESIN), con la colaboración del Foro Económico Mundial.


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