martes, 17 de julio de 2018

Oportunidades en materia de conectividad digital en la Alianza del Pacífico


Escribí esta nota en 2016, como parte de un equipo de trabajo de PwC México, encargado de formular un informe sobre el Futuro de la Alianza del Pacífico. 


a)    Relevancia del sector[1]

Existe una clara correlación positiva entre las capacidades de los países para desarrollar tecnologías digitales y su nivel de ingreso per cápita.
 




La importancia de las tecnologías digitales para el crecimiento económico es creciente.  Se ha estimado que para países en desarrollo la participación de la internet en el PIB se ubica en el rango de 0.5% a 5.4%, mientras que su contribución promedio al crecimiento del PIB se ubica en un 7%.[2]

El número de usuarios de internet, el volumen de información disponible y el número de descargas por usuario se ha incrementado exponencialmente en los últimos años.

La cadena de valor de la industria ha evolucionado y presenta ahora una configuración integrada de contenidos y servicios digitales.  Este es la arena de competencia en que habrán de medirse las empresas campeonas nacionales y regionales con los campeones globales.  Están surgiendo, además, nuevos eslabones en la cadena, como los desarrolladores de aplicaciones para distintos mercados.




  
El aumento de los servicios orientados a plataformas móviles ha tenido un dinamismo especial.  Las aplicaciones para educación a distancia, distintos aspectos de la telemedicina, información climática y de mercados para productores rurales, y el desarrollo del dinero móvil en los servicios financieros han concentrado la atención.




  
En los próximos años, habrán de consolidarse los servicios de máquina a máquina (M2M) orientados a las cadenas de valor manufactureras, así como las aplicaciones domésticas basadas en la interconexión de objetos.

El comercio electrónico representó en 2014 casi un 2% del PIB mundial.  Las principales plataformas en este renglón están incidiendo significativamente en el flujo de bienes y servicios, reduciendo tiempos de búsqueda y alineando precios a escala global.

La nueva revolución tecnológica aprovecha la banda ancha de alta velocidad y los dispositivos móviles cada vez más “inteligentes” para desarrollar aplicaciones y soluciones en la nube, que manejan grandes volúmenes de datos y múltiples herramientas analíticas.
 




Es justamente la combinación de estas tecnologías lo que puede generar innovaciones disruptivas en diversos ámbitos empresariales, gubernamentales, y del ciudadano común:  como la domótica[3], los servicios urbanos inteligentes, y la internet industrial.

En cuanto a su penetración, la red de banda ancha móvil llegó  en 2014 al 32% de la población mundial, mientras que la red fija alcanzó al 10%.  Las tecnologías móviles 3G y 4G representaron el 43% de todas las conexiones.  Para el 2020, se anticipa la aparición de la tecnología 5G.  La velocidad mundial promedio de las conexiones móviles fue de más de 10 Mbps[4] en el 48% de los casos, y de más de 25 Mbps en el 29% de ellos.  América Latina se encuentra rezagada en esta materia, ya que sólo el 27% de sus conexiones móviles rebasan los 10 Mbps, y sólo el 9% rebasa los 25 Mbps.

Se estima que los servicios en nubes públicas alcancen 200 mil millones de dólares en 2016 en todo el mundo.  América Latina representa el 5% de este monto, pero su tasa de crecimiento anual es de las más altas del mundo.

Para el 2020, se espera que la “internet de las cosas” conecte 28 mil millones de objetos a la red, incluyendo bienes de consumo personal (wearables, como relojes inteligentes y ropa), automóviles, equipos domésticos y máquinas industriales.  En los próximos años, las mayores inversiones en este rubro se registrarán en la industria manufacturera, seguida por las actividades logísticas (transporte y almacenamiento).
 







En particular, la internet industrial se basa en la interconexión de máquinas, piezas y sistemas en torno a redes inteligentes que se controlan entre sí.  De aquí deriva, por ejemplo, la práctica del mantenimiento predictivo, que permite reducir fallas, tiempos de reparación y costos de mantenimiento.

Con respecto al promedio mundial de usuarios de internet (50.1% en 2014), dos países miembros de la Alianza del Pacífico se encuentran por arriba (Chile y Colombia), y los otros dos se ubican por abajo (México y Perú). Sin embargo, el crecimiento de la penetración de la internet en los cuatro países ha sido muy dinámico:  del orden de 14.6% en promedio regional durante el periodo 2000-2015, y se espera que este ritmo continúe.[5]

En cuanto a la penetración de banda ancha, Chile se encuentra arriba del promedio de América Latina en fija y móvil, Colombia y México están arriba del promedio regional en banda ancha fija, y Perú está por debajo en ambos indicadores. Todos están lejos de los niveles promedio de penetración de la OCDE.
  




 Existe una brecha importante en el acceso a internet entre las zonas urbanas y rurales de los países de la Alianza del Pacífico.[6]
 




 En cuanto a la velocidad de conexión, todavía es un porcentaje muy bajo el que realmente puede operar a una velocidad superior a los 10 Mbps, pero la oferta está creciendo a tasas muy elevadas:  155% en Colombia, 162% en Perú,  429% en Chile, y  77% en México.

 



El rezago es aún más notorio cuando se considera que la mayor parte de las nuevas aplicaciones requieren anchos de banda mayores.



Las ventas de comercio electrónico en la región representan del orden de un 4% de las ventas mundiales.  Su crecimiento entre 2014 y 2018 se espera que sea de 63 a 87 mil millones de dólares, a pesar de lo cual su participación disminuiría al 3.7%.  Con respecto al comercio minorista, la participación por país en el comercio electrónico para la región de la Alianza del Pacífico va de un 0.5% de Perú, a un 2.4% de México.



La población de menores ingresos en los países latinoamericanos y de la región de la Alianza del Pacífico tiene un acceso considerablemente menor a la internet. Así, en el caso de Perú, casi el 50% del estrato de la población de mayores ingresos (quintil V) tiene acceso a la internet, mientras que apenas el 2% del estrato de población de menores ingresos (quintil I) lo tiene.





  Aunque todavía la computadora es el principal medio de acceso a la internet en América Latina, la conexión vía teléfonos móviles inteligentes está ganando participación a un ritmo muy acelerado. El incremento de conexiones a través de esta plataforma fue de un 77% anual entre 2010 y 2013.  Se estima que para 2020 la región contará con 600 millones de conexiones por medio de teléfonos móviles inteligentes (alrededor de dos terceras partes de las conexiones totales).


En materia de precios, la tarifa para el servicio de banda ancha móvil de pospago (que implica hacer un contrato a por lo menos un año) es elevada en América Latina con respecto a otros países desarrollados, pero (salvo por el caso de Perú), se ubica por debajo del nivel máximo recomendado por la Comisión sobre la Banda Ancha para el Desarrollo Digital.




  
Sin los requisitos del pospago, el servicio de prepago es más fácil de obtener, pero con tarifas efectivas más elevadas.





 En cuanto a los contenidos de la internet, el tráfico mayor de visitantes se registra en plataformas globales como Google, Facebook y sitios de Microsoft, con escasa participación de plataformas locales o regionales.
 




En comparación con otras regiones del mundo, América Latina es la más rezagada en cuanto a la participación del contenido local en la internet (medida a través de los sitios y plataformas de producción local o regional más visitados por la población).

 




“El plan de conectividad digital del Perú considera el desarrollo de 21 redes regionales (de las cuales 7 se han licitado ya), unidas por una red dorsal que está en proceso de construcción.  Necesitamos empezar a pensar cómo vamos a aprovechar esta infraestructura para que contribuya verdaderamente al desarrollo del país, cómo vamos a generar los contenidos que necesitamos en educación, salud y otras áreas, cómo vamos a volcar la riqueza cultural del país para que su difusión sea también un factor de desarrollo.”
Gonzalo Martín Ruiz Díaz, presidente del consejo directivo del Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones, OSIPTEL, de Perú

A nivel corporativo, las empresas latinoamericanas opinaron mayoritariamente que el tema digital, de tecnologías de información y comunicaciones, es ya un asunto prioritario de la alta dirección.  A este rubro destinan en promedio la tercera parte de sus presupuestos anuales de inversión.  Sin embargo, sólo la mitad de las empresas cuenta con una hoja de ruta para conducir el desarrollo digital en un horizonte multianual.  Este tema se vuelve crítico, sobre todo al considerar que las empresas reconocen como obstáculos principales a la adecuada integración de las distintas tecnologías, y a la disponibilidad de recursos humanos calificados.[7]

Como indicador resumen, el índice de digitalización de América Latina respecto al promedio de la OCDE se mantiene rezagado en casi 20 puntos porcentuales entre los años 2004 y 2013.  Sin embargo, la brecha se ha reducido en términos relativos: en 2004 significaba el doble del nivel que tenía América Latina, mientras que ahora representa menos del 50%.
 




Desagregando el índice en sus componentes, aparece que en términos de asequibilidad (nivel de precios), el nivel de digitalización es aceptable (85 puntos sobre 100), pero en los otros cinco subíndices hay todavía deficiencias importantes.  En particular, destaca por su bajo nivel la confiabilidad de redes y el capital humano.




  
“La prioridad de América Latina es la banda ancha.  Necesitamos muchos años de inversión fuerte en infraestructura para sentar las bases sobre las cuales plantear un crecimiento posterior más sostenido.  Nuestros países deben planificar a más largo plazo y con una visión regional.  La Alianza del Pacífico proporciona un marco transparente y con credibilidad para estos propósitos.”
Bruno Ramos, director regional para las Américas, Unión Internacional de Telecomunicaciones

De los cuatro países miembros de la Alianza del Pacífico, tres de ellos se encuentran en un nivel de digitalización transicional.  Sólo Chile se ubica en un nivel avanzado.

 



El nivel de complejidad de un sistema económico está positivamente asociado al nivel de productividad de dicho sistema.  A mayor complejidad (que mide la estructura del sistema), mayor productividad (que mide el desempeño del sistema).  Esta relación se potencia cuando se consideran las tecnologías de información y comunicación, ya que el efecto de éstas cruza todas las demás actividades económicas.





El comercio en bienes relacionados con las tecnologías de información y comunicación de los países miembros de la Alianza del Pacífico, y la participación de este sector dentro del PIB de cada país, fue como sigue:

País
Exportaciones (% total de bienes)
Importaciones (% total de bienes)
PIB (%)
Colombia
0.15%  (2013)
9.94%  (2013)
3.1%  (2014)
Chile
0.39%  (2013)
7.63%  (2013)
3.4%  (2004)
Perú
0.12%  (2013)
7.84%  (2013)
3.9%  (2011)
México
16.26%  (2013)
17.10%  (2013)
4.1%  (2014)


“La Alianza del Pacífico es una plataforma idónea para la cooperación gubernamental en materia de conectividad digital y para la generación de negocios con visión regional.  Por un lado, los gobiernos podrían generar conjuntamente lineamientos generales de política pública para impulsar la convergencia en la regulación y facilitar el acceso universal a servicios digitales en la industria, los negocios, las instituciones, los propios gobiernos y el público en general. 

Otro tema de cooperación gubernamental conjunta se refiere a la promoción de la conectividad física de las redes digitales nacionales (backbone regional), desde México hasta Chile.  Faltan eslabones clave:  de México a Guatemala, de Panamá a Colombia, y entre Colombia, Perú y Chile.  La conectividad en Centroamérica ha avanzado bastante.  En este propósito, se podría generar una sinergia poderosa con el proyecto de interconexión eléctrica entre los países de la región mesoamericana y de la Alianza del Pacífico.

Y en el ámbito de los negocios, es importante aprovechar la dimensión que ha alcanzado la industria electrónica y de telecomunicaciones de México en las cadenas globales de valor, para buscar oportunidades de inserción eficiente de empresas proveedoras localizadas en Chile, Colombia y Perú.  Un ejemplo destacado en este sentido se encuentra en el segmento de la information technology outsourcing (ITO), en el desarrollo de software (México ocupa ya el cuarto lugar mundial, con exportaciones de más de 6 mil millones de dólares anuales, después de India, China y Filipinas).”
Santiago Gutiérrez Fernández, Chairman of the Board 2012-2016 de la World Information Technology and Services Alliance, WITSA

La ciber-seguridad es un tema de gran relevancia en el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación.  Los sectores más afectados en América Latina han sido las manufacturas, la construcción y los servicios profesionales.




 )    Retos

El sector digital o de tecnologías de información y comunicación en los países miembros de la Alianza podría beneficiarse de la conformación orquestada de un mercado y un ecosistema digital regional para:

·         Garantizar la libre circulación de bienes y servicios digitales
·         Ampliar el mercado para las empresas y favorecer su crecimiento a escala
·         Brindar mejores servicios comunes a los usuarios regionales
·         Favorecer la interacción de actores a partir del intercambio de experiencias y el aprendizaje con base en casos exitosos locales
·         Fortalecer los elementos que pueden dar mayor dinamismo y profundidad a las actividades del sector (start-ups, desarrollo de contenidos, nuevos modelos de negocio –centros de servicios compartidos, centros de telemedicina, etc.- investigación y desarrollo, financiamiento, clusters de PYMEs con empresas ancla, redes regionales)
·         Mantener una regulación proactiva que asegure la competitividad de servicios y mercados; y aplicar formas de medición de la calidad de los servicios al usuario que sean neutrales, transparentes, tecnológicamente pertinentes y sistemáticas.

En la publicación que elaboró y presentó en el último Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, en enero de 2016, Klaus Schwab manifiesta que:[8]

“All new developments and technologies have one key feature in common:  they leverage the pervasive power of digitization and information technology.”

Por su notable efecto sobre la productividad de las actividades económicas en general, es necesario cerrar la brecha que separa a la región de los países más avanzados en materia de TICs, incluyendo de manera destacada la infraestructura y los contenidos para ampliar y elevar la calidad del acceso de la población a la internet.  Contar con redes nacionales, a partir de la combinación de fibra óptica y redes inalámbricas, es la prioridad.  Estas redes nacionales podrían entonces conectarse entre sí (backbone regional), con base en esquemas concertados entre los países, desde México hasta Chile.   Ello requerirá de montos considerables de inversión por largos periodos y, por lo tanto, de mayor participación privada, dentro de esquemas regulatorios permanentemente actualizados, que sean garantía del cambio y la competencia  También cabría aplicar esquemas de cooperación gubernamental para iniciativas que requieren altos niveles de inversión, como sería compartir capacidad satelital entre los cuatro países de la Alianza del Pacífico.

El acceso universal y costeable a la red es un propósito indeclinable de equidad social que debe apoyarse con toda clase de iniciativas públicas y privadas neutrales, convocando no sólo a los grandes jugadores globales, sino también a las grandes empresas nacionales y multi-latinas participantes.  Tiene además un gran valor político al empoderar al ciudadano común para que se manifieste de formas diversas.  Para conectar a la red las zonas más aisladas es posible utilizar diversas alternativas tecnológicas, como globos o drones, según resulte más apropiado.

c)    Apuestas estratégicas

A corto plazo, en materia de conectividad digital se identifican oportunidades de intervención pública y/o privada que pueden tener un mayor efecto sobre la productividad de las actividades de cada país, y en las cuales también puede influir positivamente el proceso de integración de la Alianza del Pacífico.

Desarrollo de la red nacional de banda ancha de alta velocidad, vinculada con redes inalámbricas, fibra óptica y tecnologías alternativas para conectar zonas aisladas, a fin de crear la plataforma digital.-  Cada país de la AP necesita integrar sus nodos urbanos y rurales con backbones de interconexión, articulando tecnológicas de fibra óptica e inalámbricas, a fin de configurar su red digital nacional.  Ésta a su vez, se complementa con las micro-redes y soluciones no convencionales que permitan incorporar las zonas aisladas de más difícil acceso.

Estas redes son el piso sobre el cual se construyen los ecosistemas digitales nacionales, y son el elemento clave para lograr la cobertura universal, asequible e igualadora de oportunidades para todos los estratos de población y regiones de un país.  La Alianza del Pacífico puede favorecer el intercambio de experiencias entre los países miembros y servir como caja de resonancia hacia la comunidad internacional para la atracción de las inversiones que se requieren.

RED NACIONAL COMPARTIDA MAYORISTA DE BANDA ANCHA EN MÉXICO
El proyecto de telecomunicaciones más grande en la historia de México ha iniciado ya su proceso de licitación pública internacional.  La presentación de propuestas será en septiembre de 2016.  Consiste en el desarrollo de una red pública nacional compartida mayorista para incrementar la cobertura y calidad de los servicios móviles y crear mayor competencia en el mercado.  La cobertura mínima requerida es del 85% de la población total del país.  Se utilizarán 90 MHz del espectro de banda de 700 MHz, utilizando tecnología 4G.  La inversión se estima en más de 8 mil millones de dólares en un periodo de 6 años (2017-2023), y el licitante ganador se hará cargo del diseño, instalación, despliegue, financiamiento, operación, actualización, mantenimiento y comercialización de la red durante 20 años, con base en un contrato de asociación público-privada.

RED NACIONAL DE BANDA ANCHA EN PERÚ
El plan nacional de Perú considera el desarrollo de 21 redes regionales (7 ya se licitaron) unidas por una red dorsal que ya está en construcción.

Interconexión regional de las redes nacionales a través de un backbone que recorre los cuatro países y que incluye fibra óptica submarina y terrestre y tramos inalámbricos.-  La conformación de una región digital entre los países de la Alianza del Pacífico requiere de la habilitación de un eje troncal que enlace físicamente a las redes digitales nacionales.  Esta infraestructura permitirá una más ágil comunicación regional y ampliará significativamente la capacidad para desarrollar y operar contenidos locales y regionales.  De hecho, se requieren tantos enlaces regionales, públicos y privados, como sean posibles, para dar soporte al volumen de servicios que crece exponencialmente.  Una clara iniciativa de conexión pública se vincula con el proyecto de interconexión eléctrica que une la región mesoamericana (México y Centroamérica) con la región sudamericana de la Alianza del Pacífico (Colombia, Perú y Chile, incluyendo Ecuador). Estas iniciativas habrán de vincularse también con la que proviene de UNASUR y que está apoyada por la CAF.[9]

A las iniciativas de desarrollar backbones regionales de las grandes empresas privadas de telecomunicaciones (como el proyecto recién concluido de AMX-1, por parte de América Móvil, que instaló 17,500 kilómetros de cable submarino de fibra óptica para interconectar 7 países, entre ellos México y Colombia), cabría adicionar por lo menos un proyecto público impulsados por los gobiernos de la Alianza del Pacifico y de Centroamérica para aprovechar y generar sinergia con el proyecto de interconexión de la red eléctrica, desde México hasta Chile.

Ambiente regulatorio que fomente la competencia y la mantenga permanentemente actualizada, alineada con los cambios tecnológicos y de mercado.-  A partir de la experiencia mundial en la materia, la región debe consolidar el diseño institucional y regulatorio que le permita actuar con oportunidad en favor de la competencia y la innovación, evitando judicializar la solución de controversias.  Esto incluye el monitoreo del uso de técnicas de gestión de tráfico, a fin de asegurar que no hay prácticas discriminatorias.  En ecosistemas digitales caracterizados por la modularidad, las economías de escala y de enfoque, y su dinámica constante, se requieren regulaciones que estén basadas en la funcionalidad, más que en la estructura o la tecnología, en el desempeño más que en reglas ex ante, y en nuevos enfoques de abajo hacia arriba.[10]

En este tema, nuevamente el intercambio de experiencias entre los entes regulatorios de las países miembros de la Alianza del Pacífico puede ser de gran provecho, así como para emitir pautas o lineamientos generales comunes para orientar mejor el desarrollo de largo plazo del ecosistema digital regional.

CONVENIO WITSA - UNCTAD
La organización mundial más importante de empresas privadas de TICs, WITSA[11], ha suscrito un Memorándum de Entendimiento con la Organización de las Naciones Unidas para Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés), con objeto de contribuir a impulsar iniciativas conjuntas orientadas a incrementar la conectividad digital en América Latina.  Una iniciativa de la Alianza del Pacífico tendiente a formular lineamientos comunes en materia de telecomunicaciones en la región podría ser materia de apoyo en ese contexto.

Servicios innovativos y modelos de negocio para avanzar en el acceso digital universal.-  Jugadores globales como Facebook han desarrollados programas para impulsar el acceso sin costo a servicios de internet y redes sociales de los estratos de menores ingresos en cada país.  Para ello se promueven acuerdos con operadores locales y autoridades gubernamentales.  En Colombia y México ya está en marcha un programa de este tipo.  Google y Microsoft también se encuentran activos con iniciativas propias orientadas en el mismo sentido.  Cualquier esfuerzo en el sentido de avanzar en la cobertura universal asequible de los servicios de internet es bienvenido, siempre y cuando se respete la neutralidad de la red.

Desarrollo de tecnología digital y servicios asociados para empresas.-  El verdadero potencial de la plataforma digital consiste en adecuarla a las necesidades específicas –especialización inteligente- de las distintas industrias y sus cadenas de valor (automotriz, electrónica, bancaria y financiera, minera, petrolera, etc.), a partir de paquetes ad hoc de bienes y servicios que combinan las tecnologías de información y comunicación, incluyendo el desarrollo de software.

SERVICIOS A LA MEDIDA EN LA NUBE
Telefónica Digital está proporcionando servicios en la nube en la región de la Alianza del Pacífico a la medida de las necesidades de las empresas. El usuario sólo paga por los servicios que utiliza y el tiempo que los ocupa.  Telefónica también ha formado una alianza con Dell para complementar una cartera variada de servicios al cliente.

Medir la satisfacción del usuario con los diferentes servicios en los mercados específicos.-  Obtener mediciones transparentes e imparciales sobre el funcionamiento de los mercados y el nivel de satisfacción del usuario es fundamental para inducir un comportamiento correcto de los distintos jugadores.

MEDICIÓN DE LA CALIDAD EN BRASIL Y CHILE
Como referencia regional se encuentra la iniciativa regulatoria lanzada en 2012 en Brasil, “EAQ”, encargada de la medición de la calidad de la banda ancha fija y móvil en ese país.  La iniciativa es financiada por todos los operadores relevantes del país, y se encarga de la medición de varios parámetros de calidad de servicios de la banda ancha fija (velocidad instantánea, velocidad promedio, latencia bidireccional, pérdida de paquetes, jitter, disponibilidad) y móvil (velocidad instantánea y media); todo ello con base en un plan estadístico en pro de una representatividad consistente de los indicadores que se calculan cada mes.  ANATEL, la agencia reguladora brasileña, periódicamente publica los resultados de los indicadores a modo de ranking de operadores por cada uno de los 27 estados (unidades federativas) del país.[12]

En Chile, está en proceso de revisión y aprobación un proyecto de ley (“Ley de velocidad mínima de internet”) que toma el caso brasileño como referencia para uno de los elementos de su nuevo modelo de telecomunicaciones.




[1] Este apartado se basa en gran medida en la investigación realizada por la CEPAL en julio de 2015 titulada La nueva revolución tecnológica: de la internet del consumo a la internet de la producción.
[2] Ibid.
[3] Es el conjunto de técnicas orientadas a la automatización de la vivienda, en materia de seguridad, gestión energética, bienestar y comunicaciones.
[4] Megabites por segundo.
[6] Fuente:  CEPAL, Observatorio Latinoamericano de la Sociedad de la Información; en El ecosistema y la economía digital en América Latina;  Raúl Katz, Fundación Telefónica, 2015.
[7] 2015 Global Digital IQ Survey:  Latin America;  PwC, 2015.
[8] The Fourth Industrial Revolution;  Foro Económico Mundial, 2016.
[9] Banco de Desarrollo de América Latina, antes Corporación Andina de Fomento.
[10] GSMA-NERA Economic Consulting;  A new regulatory framework for the digital ecosystem;  2016.
[11] World Information Technology and Services Alliance.

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